Raquel Vidal
Desde septiembre a mayo nos pasamos el año pendientes de las diferentes competiciones futbolísticas: la Liga, la Copa, la Champions, la Europa League, etc. Cada dos veranos los aficionados al fútbol tenemos la suerte y el placer de disfrutar de una Eurocopa, o si no, de algo que es aún mejor: un Mundial de Fútbol. Pero cada año siempre hay un vacío futbolístico en nuestras vidas: el periodo estival en que los mortales giramos nuestra mirada al mercado de fichajes de verano porque es la única información que nos llega futbolísticamente hablando.
Este año el mercado se ha presentado como el verano, calentito y a veces, hasta abrasador. Algunos equipos nos traen los culebrones del verano: el FC Barcelona, el Real Madrid y el Atlético de Madrid.
En el panorama nacional ha habido importantes novedades, como los fichajes de Sahin y Coentrao por el R. Madrid, o el del recién anunciado Alexis Sánchez por el Barça. Por un lado tenemos al Madrid, que necesita un delantero más, palabras de Mourinho, no sirven Higuaín o Benzema, al técnico se le antoja Neymar desde hace un tiempo, y por medio tenemos a Agüero, cuyo máximo deseo es acabar en el club blanco, aunque este no está muy interesado en él, exista o no el pacto de no agresión Florentino- Cerezo. Neymar no está dando muy buena imagen en la Copa América, Agüero tampoco está brillando demasiado, aunque parece poder dar mejor resultado que el brasileño. Adebayor se declara en rebeldía y parece tomar la delantera, nunca mejor dicho, a los dos anteriores. Hasta aquí el culebrón blanco: “José Mourinho en busca del delantero perdido”.
Por otro lado Agüero no está quedando muy bien con su al fin y al cabo actual equipo, por sus reiteradas declaraciones sobre el interés que tiene por abandonar el Atlético, que pese a los feos del argentino, sigue queriendo a su estrella para la próxima temporada, así tanto Caminero como algunos jugadores de la plantilla. Después de la salida de otra de sus estrellas, De Gea, al Manchester United, el Atleti se podría quedar a dos velas. No es la primera vez que el club pasa por este tipo de traumas, ya “el niño” Torres se marchó al Liverpool en su apogeo futbolístico, y recordemos que Raúl, antes de ser del Madrid, jugaba en la cantera rojiblanca, podemos decir que es la maldición del club, encumbrar a sus jugadores para luego verles partir porque el club se les queda pequeño. ¿Logrará el Atleti convertirse en el club en que los jugadores promesa quieren permanecer?
Pero si hay un culebrón que se lleva la palma este verano, ese es el del catalán Cesc Fábregas y su actual club, el Arsenal, del que es capitán. Desde el año pasado está claro el deseo del jugador por regresar su club natal, el Barça, y los deseos de este por fichar al centrocampista, que encontraría su lugar pese a la demarcación de los grandes Xavi e Iniesta. El Barça no dispone de mucho efectivo para sus fichajes, porque como sabemos prefiere tirar de cantera, y acaba de soltar 43 millones por Alexis Sánchez. El Arsenal no exige menos de 45 millones por su capitán y el club azulgrana sigue haciendo cálculos para ver jugar en el Camp Nou a Fábregas la próxima temporada. El catalán mientras tanto, intenta rebelarse contra su club para dejar claras sus intenciones, Wenger se aferra a su mejor jugador y el Arsenal sigue utilizando la imagen del capitán para promocionar al equipo y sus giras. Las preguntas que yo me planteo son: ¿De verdad merece la pena al Barça pagar más de 40 millones por un jugador como Cesc? ¿Se tratará de necesidad o orgullo, su fichaje?
Raquel Vidal Martínez
para MotivaGoal
Estudiante 2º, Periodismo
Madrid
Twitter: @raqvidal
Facebook: raquel.vidalmartinez