28/02/2012
El portugués marca un golazo de tacón con el que le da al Real Madrid la victoria en un partido para el olvido
El Real Madrid sabía que Vallecas iba a ser territorio hostil, pero lo que desconocía era que esa tarde se iba a volver tenebrosa para el conjunto blanco. Hacía tiempo que los de Mourinho no cuajaban un partido tan malo, hasta tal punto que no sólo jugó mal si no que además el Rayo hizo un partido casi perfecto, casi porque si no fuera gracias al poste en la primera mitad y por un paradón de escándalo de Iker Casillas en la segunda, el líder de la Liga hubiera salido de Vallecas con una derrota casi segura.
Entonces apareció él. Cristiano tiró de recurso para abrirse paso entre las tinieblas e iluminar a su equipo en una tarde negra. Tras un saque esquina, con un gran barullo dentro del área, Ronaldo recogió de espaldas a la portería el balón y con un gran taconazo marcaba el gol de la victoria para el Real Madrid. Un gesto que sólo se lo puede inventar un grande.
No siempre ganan los que se lo merecen. Pero esta vez el Rayo mereció mucho más y como mínimo debería de haber sumado un punto. Aún así, esto es fútbol y, aunque sea tirar de tópico, gana el que mete el balón en la portería. Los de Vallecas se lo ganaron a pulso, pero en estos detalles se diferencian los equipos grandes.
Carlos MuñozPeriodista Deportivo
Máster en Comunicación Empresarial
Colaborador MotivaGoal - Madrid
