23/04/2012
El Real Madrid lo tiene casi hecho.
Tras el partido disputado en el Camp Nou el pasado sábado el conjunto blanco
tiene todo el derecho a decirlo y a creerlo. Son siete los puntos de diferencia
y todavía doce puntos en juego, pero los de Mou fueron superiores a un
impasible Barça que prácticamente ha tirado la Liga.
Todo salió a la perfección en
Barcelona. Los que faltaron al compromiso en Múnich se resarcieron con una gran
actuación ante los blaugranas. En especial Arbeloa y Coentrao, los laterales
mostraron una cara totalmente diferente a la de Alemania, correctos, seguros,
sin complicaciones y cumpliendo a la perfección su papel como defensas. Además,
otro para el que también hubo críticas la semana pasada cumplió con el guión.
Cristiano reapareció en el momento justo y marcando el gol decisivo tras un
pase espléndido de Özil.
El planteamiento de Mou fue el
habitual en las grandes citas como visitante. Centro del campo defensivo,
optando por el físico antes que por la técnica. Y esta vez la jugada le salió
redonda. El Madrid jugó su partido, tranquilo, sin prisas, sin la presión de
otras veces y sin dar muestras de nerviosismo en el Camp Nou, manteniendo la
compostura y esperando su oportunidad.
Aunque sin quitarle méritos al
Madrid por el gran partido que hizo, el Barça distó mucho de lo que viene
siendo habitual, empezando por la alineación de Guardiola, cuestionada estos
días. En un partido de tal calibre y con lo que había en juego decidió salir de
inicio con Thiago en vez de con Cesc, al igual que prefirió darle la banda
izquierda a un Tello que andaba perdidísimo, en vez de a Alexis, que encima
marcó nada más salir al campo. Decisiones que a más de uno dejaron fuera de
lugar y que pudo ser determinante en el devenir del partido.
Al igual que la persona más
determinante del Barça no apareció esa tarde por allí. Leo Messi. El argentino
se paseó por el césped sin hacer ruido, sigiloso y sin molestar a la zaga
blanca. Los grandes equipos presumen de tener grandes cracks en sus filas, con
plantillas galácticas en las que a veces el jugador que sale de refresco
todavía es mejor que el que estaba en el campo. Sí, eso es cierto, pero cuando
Messi no está, el Barça no está y eso lo notó mucho el equipo de Pep, donde el
motor de su equipo, Xavi, tampoco tuvo su mejor tarde.
Los engranajes del Barcelona
salieron al césped oxidados y el Madrid terminó de romperlos. Fue la tarde del
Madrid y no la del Barça. Los blancos fueron justos ganadores de un partido que
dominaron en su totalidad y en el que se metieron media Liga en el bolsillo.
Los números están ahí y todavía no
está todo terminado. Pero difícil veo que a Mou se le vaya de las manos.
Espero y deseo que el resultado del
sábado le haga reflexionar al conjunto catalán de cara al partido ante el
Chelsea. Lo mismo que al Madrid la victoria le de las alas y la fuerza
necesaria para derrotar al Bayern. Ante todo, defiendo el fútbol de calidad y
la Liga española por lo que quiero y espero vivir un nuevo clásico el próximo
19 de mayo en el Allianz Arena.
Carlos Muñoz
Periodista Deportivo
Máster en Comunicación Empresarial
Redactor MotivaGoal - Madrid
Periodista Deportivo
Máster en Comunicación Empresarial
Redactor MotivaGoal - Madrid