11/05/2012
Sin palabras... Así me dejó el Atlético tras
proclamarse campeón de la Europa League. Gestas como las de ayer sólo
las puede hacer este equipo.
Irregular,
intermitente, con problemas en el inicio de Liga, con un Gregorio
Manzano que no supo llevar las riendas, con la llegada del Cholo, que
revolucionó el vestuario rojiblanco, pero sin garantías seguras del
alcanzar el objetivo de la Champions... Y así, mil cosas más podría
decir de este Atlético, que tanto hace sufrir a su afición, pero que es
único, irrepetible, inigualable, que a pesar de todo, vuelve a coronar
Europa.
Todos se acordarán del
mítico anuncio "Papá, por qué somos del Atleti". Pues por cosas como
estas, por dejar sin opciones a un Bilbao que había hecho una
competición impecable, por golear a su rival 3-0, por ser el equipo con
más victorias consecutivas en competición europea, por aparecer en el
equipo un Dios llamado Falcao, por colocar al equipo en el lugar que se
merece, por afianzarse ya una plaza europea el año que viene...
Infinidad
de motivos podría dar para argumentar porqué la afición rojiblanca es
como es y viven el fútbol cada domingo como lo viven. Quien tenga la
oportunidad, que vaya al Calderón un fin de semana, lo que ocurre en ese
estadio es de otro planeta.
Como
también es de otro planeta Radamel Falcao García Zárate. Con todas sus
letras. El Atlético en general hizo un partido perfecto, pero el
delantero superó todas las expectativas. Impresionante. Tampoco hay
palabras para describir la actuación del colombiano, que vuelve a
hacerse con la Europa League, es de otra galaxia este jugador.
Brillante
y espectacular los 90 minutos. El Tigre no quiso alargar la pena
rojiblanca y la primera que tuvo la metió y la segunda también, y la
tercera... Suerte de Gorka que se encontró con el palo. Parte de culpa
del partidazo del Atlético la tuvo él, su primer tanto, su golazo de
crack a los seis minutos, dio alas y confianza al cuadro de Simeone, que
fue superior en todas las facetas del campo y que sólo sufrió en los
ratos en los que se echaba más atrás de la cuenta.
Y
también elogiar a Curtois en su parada providencial con el 2-0 y a la
defensa, implacable ante Llorente, y al centro del campo, especialmente a
Diego, el brasileño hizo posiblemente su mejor partido del año,
creando, distribuyendo, pero siempre desde la sombra, pero el
centrocampista quiso ser un protagonista más y mató el partido con un
auténtico tanto. Además, Arda y Adrián hicieron un derroche físico
espectacular, cubriendo y defendiendo el principal peligro vasco, las
bandas.
Pero no es momento de
analizar el partido, eso ya es secundario. Lo importante es la valía de
este equipo, que una temporada más, y sin que nadie esperase nada tan
grande, se convierte en el Dios de Europa.
Carlos Muñoz
Periodista Deportivo
Máster en Comunicación Empresarial
Redactor MotivaGoal - Madrid
Periodista Deportivo
Máster en Comunicación Empresarial
Redactor MotivaGoal - Madrid