15/05/2012
El vacío provocado
por Cazorla y Capdevila
Sin Cazorla, el Villarreal ha
perdido a su alma. El internacional asturiano era una pieza clave, tanto dentro
como fuera del campo, por su carisma y personalidad. Del mismo modo, el centro
del campo se ha quedado huérfano de su desequilibrio y verticalidad. Pese a
contar con centrocampistas de la talla de Senna, Bruno o Borja Valero, el vacío
que provoca Santi es, prácticamente, insustituible.
Por otra parte, Joan Capdevila
también tuvo que salir el pasado verano, ya que no contaba para Garrido. Su marcha
ha provocado que el lateral izquierdo no haya tenido un dueño fijo durante toda
la temporada. Primero fue Catalá el que ocupó dicha zona, luego Joan Oriol y,
por último, ha sido Jaume Costa el que ha tenido la oportunidad.
Poco acierto en los
fichajes
César, Camuñas, Zapata y De
Guzmán llegaron en el mercado de verano y, en líneas generales, no han logrado
colmar las expectativas creadas.
De Guzmán ha sido el mayor fiasco.
Llegó por 7,5 millones con el fin de olvidar a Cazorla y nada más lejos de la
realidad. Tuvo minutos para demostrar su valía, pero no los aprovechó y ha ido
desapareciendo de las alineaciones. No se le ha visto integrado.
Otro que generó ilusión en su
llegada es Zapata, que venía de realizar unas campañas excepcionales en el
Udinese. Sin embargo, en el Submarino le ha costado afianzarse a raíz de unas
actuaciones que refrendaron cierta inseguridad. De mitad de temporada hacia el
final, se ha ganado la titularidad y su rendimiento ha mejorado.
Camuñas y César han tenido un papel secundario. Sobre todo el cancerbero, siempre a la sombra de Diego López. En el caso del ex de Osasuna, ha sido siempre utilizado por las bandas y como segundo delantero. Ha aportado trabajo, pero le ha faltado mayor desborde y, sobre todo, gol. En la mayoría de los partidos, ha sido suplente.
Por último, en el mercado
invernal, llegó Alejandro Martinuccio. ‘El negro’ ha contado poco para Molina y
Lotina aunque, cuando ha jugado, ha mostrado buenas maneras.
El grupo de la muerte
de la Champions
Cierto que este Villarreal es el
más flojo de los últimos años, aunque también la mala fortuna le persiguió en
el sorteo de la Champions, donde le tocó medirse a rivales de la talla de Bayern
Munich, Manchester City y Nápoles. Se despidió de Europa en dicha ronda, tras
terminar último con cero puntos en su casillero.
La Champions le lastró moralmente
y físicamente provocando, además, una plaga de lesionados por la acumulación de
partidos que le afectó en el primer cuarto de temporada.
La lesión de Rossi y la baja forma de Nilmar
Sin duda, la lesión de Rossi ha
sido uno de los peores lastres del equipo. ‘Beppe’ se lesionó de gravedad el 19
de octubre en el Santiago Bernabéu y le diagnosticaron seis meses de baja.
Pero, justo cuando ya iba a volver, recayó de su lesión y estará diez meses KO.
Dicho contratiempo ha mermado sobremanera al equipo que, sin su mejor jugador,
ha perdido un factor clave capaz de decidir partidos por sí mismo.
Sin Rossi, Nilmar era el
encargado de tirar del carro, pero el brasileño ha completado una pobre
temporada. Se le ha visto lejos de su mejor versión, sin la punta de velocidad
que le hace ser decisivo. Su pobre registro goleador (4 tantos) lo dice todo.
En diciembre, estuvo con pie y medio fuera, pero su traspaso al Sao Paulo no
fructificó.
Con Rossi lesionado de gravedad y
Nilmar en baja forma, el Villarreal ha arrastrado problemas para ver puerta
durante toda la temporada. No en vano, con 39 tantos en 38 encuentros, su media
de goles data de poco más de un gol por partido. Un pobre bagaje en cuanto a
pegada que le obligaba a no encajar para sacar adelante los partidos.
Los pobres números
fuera de casa
En los diecinueve encuentros
jugados lejos de El Madrigal ha cosechado tres triunfos, cuatro empates y doce
derrotas, lo que hacen un total de 13 puntos por los 28 conseguidos en casa. El
mal balance fuera de casa ha sido decisivo para que el Villarreal haya acabado
descendiendo. Con Lotina, se ganaron dos partidos fuera (Rayo Vallecano y
Sporting), con Molina uno (Sevilla), mientras que con Garrido no se ganó
ninguno.
La maldición de los últimos minutos
En los compases finales de los
encuentros, el Villarreal ha perdido la friolera de dieciséis puntos. En este
sentido, si los partidos duraran 80 minutos, el Submarino hubiera acabado la
Liga quinto y en puestos de Europa League. Curiosa paradoja, aunque no es
coincidencia cuando el descalabro producido en los instantes finales ha sido
demasiado constante.
Los partidos malditos:
- Jornada 3 (Villarreal 2-2
Sevilla)
El Villarreal iba ganando por 2-1,
pero un tanto de Alexis en el 87´ propició que volaran dos puntos de El
Madrigal.
- Jornada 17 (Osasuna 2-1
Villarreal)
Marco Ruben puso en ventaja a los
entonces dirigidos por Garrido, pero Ibrahima y Sergio, en el 81´, le dieron
los tres puntos a Osasuna.
- Jornada 18 (Villarreal 2-2 Valencia)
Aduriz firmó las tablas en el 87´
en un encuentro que el Villarreal iba ganando por 2-0.
- Jornada 26 (Zaragoza 2-1 Villarreal)
En la primera mitad, el Submarino
se adelantó por medio de Martinuccio y pudo sentenciar, pero dejó con vida al
Zaragoza. En la segunda parte, el Villarreal especuló y el conjunto maño le
mató con los goles de Luis García y Abraham en el 85´ y 83´, respectivamente.
- Jornada 28 (Levante 1-0 Villarreal)
El encuentro iba encaminado a
morir con el empate a cero, pero un tanto de Xavi Torres en el 93´ le hizo irse
de vacío y propició, a la postre, la destitución de Molina.
- Jornada 32 (Villarreal 1-1 Racing)
Un tanto de Acosta en el 93´
propició que volaran dos puntos muy importantes ante un Racing que, ya
entonces, estaba sin prácticamente opciones de salvarse.
- Jornada 33 (Real Sociedad 1-1 Villarreal)
Esta vez el verdugo fue Carlos
Vela que, en el minuto 86, firmó el empate tras el tanto de Marcos Senna en la
primera mitad.
- Jornada 37 (Valencia 1-0 Villarreal)
Jonas, en el 92´, sentenció al
‘submarino amarillo’. El empate hubiera salvado matemáticamente al Villarreal,
sin necesidad de jugarse nada en la última jornada.
- Jornada 38 (Villarreal 0-1 Atlético)
Un cabezazo al fondo de las
mallas de Falcao instaló el terror en El Madrigal y, posteriormente, un tanto
de Tamudo en el 91´ propició el descenso del Villarreal.
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