18/06/2012
El fútbol español hace tiempo que mira por la cantera y confía en ella,
es más, la mayoría de los equipos de la Liga BBVA se nutren de canteranos.
Ya era hora de que los equipos dieran paso a sus jóvenes promesas, pero,
en estos últimos años se está dando un 'caso' que está llamando verdaderamente
la atención en el periodismo deportivo. La cuestión en sí es la marcha de los
talentos de la cantera a equipos extranjeros.
Es una contradicción que un joven que lleva toda su vida en un equipo no
termine despuntando en él, sino que se vea en la obligación de marcharse al
extranjero como recompensa.
En el mercado del fútbol se valora el jugador que tiene'nombre', que es
lo que suele pasar en equipos a los que se denomina de otra galaxia como por
ejemplo aquí en España el Real Madrid, que debería valorar que algunos de sus
jugadores más sobresalientes provienen de la cosecha de la cantera, en el caso
de Casillas, o de Sergio Ramos, procedente de la cantera sevillista.
No se logra entender porque a veces, o mejor dicho, casi siempre, uno no
valora lo que tiene en casa y se fija en lo que tiene la de enfrente, y como si
se tratase de una fuga de cerebros, el más rico suele terminar haciéndose con
los servicios de un jugador que promete, justo cuando acaba de salir al
escaparate, por lo que está a un menor precio, y los más necesitados al
encontrarse con una oferta golosa no se lo piensan y vendan sin más. Como
ocurrió con Reyes en el Sevilla.
Hay que ser cautos aunque se tenga la soga al cuello y no vender sin
más, por eso, dispuestos a evitar fugas traumáticas, como la de Cesc Fábregas
del Barcelona, se ha puesto de moda una estrategia que prentende evitar la fuga
de canteranos. Una política de renovaciones con la que se pretende blindar a
los grandes talentos de la cantera.
Ya se ha empezado a poner en práctica estos contratos, que contemplan
unas mejores condiciones económicas y algunas cláusulas que complican la marcha
de los jóvenes valores que despiertan el interés de otros clubes o bien
despunten del resto.
Y por eso, se ha considerado oportuno utilizar esta nueva tipología de
contrato blindado, al que posiblemente se vayan acogiendo la mayoría de los
canteranos que sobresalen. Se pretende complicar la hipotética marcha de
futbolistas cuyo talento les mantiene con opciones de alcanzar la primera
plantilla.
Las categorías inferiores están llenas de jóvenes talentos que piden a
gritos una oportunidad para poder triunfar en el primer equipo, pero en gran
medida no se les escucha y terminan abandonando la cantera seducidos por el
proyecto y la economía de los grandes clubes, por ejemplo, de la Premier
League.
Uno de los casos más sonados en la capital andaluza fue el de Manu
Gavilán, quien terminó rescindiendo su contrato con el Betis y fichando por el
Bolonia, que abonó 350.000€ al cuadro verdiblanco en concepto de derechos de
formación.
Hay cierta preocupación por el futuro debido al gran protagonismo que
están tomando los canteranos , teniendo a algunas de ellas para suplir las
bajas de los titulares, y cuando el nivel salarial que se les plantea no les
convence o no terminan de ganarse la confianza del míster, a bastantes
jugadores se les da la oportunidad de irse cedidos o traspasados y muchos
deciden marcharse y dejar la entidad en busca de nuevos retos.
Por ejemplo, el Barcelona percibió 3,2 millones de euros del Arsenal
como indemnización por los derechos de formación del centrocampista Fran
Mérida, fichado por el conjunto inglés en el 2005 sin ningún beneficio para el
conjunto catalán.
La decisión podría haber tenido serias
implicaciones en clubes ingleses, donde los jugadores pueden firmar contratos
profesionales con 16 años, dos antes que en España.
Esta sentencia creó un precedente para el traspaso de jugadores sin
ficha profesional.
Mérida llegó al Arsenal tras pedir al Barcelona su baja federativa
cuando aún tenía 15 años. Debido a su edad, el club no tuvo más remedio que
dársela, ya que ningún contrato profesional ataba al jugador a la entidad. El
centrocampista, libre, desapareció durante unos meses hasta cumplir los 16
años, edad a partir de la que los clubes no deben pagar ya derechos de
formación, y así poder fichar por el club inglés. El Barça denunció el caso
ante la UEFA y al jugador ante un tribunal civil de Barcelona, que le dio la
razón. El futbolista tuvo como deber hacer frente al pago de 3,2 millones,
aunque finalmente su club fue el que abonase la cantidad.
El caso fue un fuerte precedente en el marco legal para el traspaso de
futbolistas de las categorías formativas al servir como jurisprudencia para
futuras reclamaciones.
El cambio de residencia también servía para que los jugadores pudieran
competir sin ninguna indemnización en otro equipo y también en otro país, como
ocurrió con dos jugadores del Athletic de Bilbao que recalaron en la Premier
League. Pero la decisión contra el futbolista supone que cualquier club de
procedencia debe ser compensado por formar a un jugador pese a que éste haya
conseguido su baja federativa.
Otro caso, el de Cesc, que se acogió al cambio de residencia, el Arsenal
terminó por pagar un millón de euros, más la condenación de la deuda contraída
por el fichaje de Marc Overmars, después de que el Barcelona denunciara el caso
ante la FIFA y se celebrara una negociación entre ambos clubes.
Es muy importante los equipos que fomentan la cantera y hay que abrir
una vía legal que proteja ese trabajo y evite los abusos de los equipos
grandes.
Lamentablemente, no son los primeros casos ni parecen ser los últimos,
va a seguir pasando, al no haber una normativa que proteja a los futbolistas de
los equipos filiales.