Por primera vez en la historia
del torneo, dos equipos irlandeses disputarán la final de la máxima competición
continental. Leinster, vigente campeón, lo hará por tercera vez en los últimos
cuatro años. Ulster llega al último partido trece años después de haber jugado
su única final, en la que consiguió alzarse con el título.
Clermont Auvergne vs. Leinster
El estadio Chaban-Delmas de
Burdeos se convirtió en un hervidero de seguidores vestidos con los colores de
sus equipos para asistir al partido
catalogado como “el más apasionante de la temporada” por parte de la prensa
especializada y que colmó las
expectativas. Hasta la última jugada del choque el resultado fue incierto y
únicamente un descomunal esfuerzo defensivo de los jugadores de Leinster en
esos minutos finales posibilitó su victoria.
La batalla dio comienzo realmente
en el minuto tres con un placaje de O’Driscoll a Rougerie que estremeció al
centro francés. Los inicios fueron
irlandeses. Un golpe ganado en la primera melé les proporcionó una buena
plataforma de ataque en campo contrario. A partir de ella se produjeron un par
de buenas incursiones del fiyiano Nacewa. La primera provocó un golpe pateado
con éxito por Sexton. En la segunda, después de una buena jugada tras una
touche, el ala se vio desfavorecido por el bote del balón que brindó la
oportunidad a Sivivatu de conjurar el peligro.
Clermont se metió en el partido a
base de perturbar las touches de Leinster, principalmente con Hines y Bonnaire,
y de presionar la melé de los visitantes. Sivivatu comenzó a aparecer en ataque
y después de una gran jugada de todo el equipo únicamente un controvertido pase
adelantado pareció evitar un seguro ensayo de los jaunards. Una poderosa melé
de los franceses estuvo a punto de hacerles ganar un balón debajo de los palos
pero finalmente los delanteros pasaron por encima del ruck con el consiguiente
golpe que solucionó el problema a los defensores. El dominio del equipo francés
se vio finalmente recompensado con puntos tras patear James tres golpes de castigo
entre los palos. Entre ellos Sexton colocó uno de los suyos, con lo que se
llegó al descanso con un marcador de 12 a 6 para Clermont.
Los locales se vieron golpeados
por las lesiones de dos jugadores importantes, Malzieu y Byrne, pero no
parecieron muy afectados. Mientras, Cullen tuvo suerte de no ser enviado al sin-bin
tras dar un patético puñetazo a Faure, que probablemente salvó al irlandés al
teatralizar tanto su caída.
La segunda parte empezó de manera
inmejorable para Leinster. Tras jugar rápido el oval en una melé abierta,
Strauss cambió el sentido del juego hacia el interior donde estaba Kearney
corriendo uno de sus ángulos. El zaguero rompió la línea defensiva con
facilidad y asistió a Healy que traspasó la línea de ensayo. Sexton lo
transformó para poner por delante a los visitantes. Poco después, una patada
defensiva de James cayó en manos de Kearney, que con suma seguridad marcó un
drop desde más allá de cuarenta metros. Otro golpe de castigo de James vio
reducida la distancia en el marcador que fue restablecida por Sexton pasados
unos instantes.
En el último cuarto del partido
Leinster intentó con bastante éxito jugar en territorio rival y Clermont tuvo
muchos problemas para sacudirse el dominio. Una estampida de O´Brien estuvo a
punto de sentenciar el choque pero cuando tenía delante solo a Parra intentó
inexplicablemente patear el balón por encima de él en lugar de percutir y
perdió la posesión. Sin embargo, a falta de cuatro minutos, Heaslip cometió un
error que el equipo francés aprovechó para meterse en la 22 visitante. Jugando ante un público enfervorizado que
había comprendido que estaban viendo el momento cumbre del partido los locales
apilaron fase tras fase con sus delanteros hasta que Fofana traspasó la línea
ante el placaje desesperado de D’Arcy. Los amarillos comenzaron a festejar mientras
el árbitro Barnes consultaba al juez de televisión. Éste anuló correctamente el
ensayo pues al centro francés se le cayó el balón de la mano antes de posarlo y
decretó melé a cinco metros para Leinster. Sin embargo aún quedaba un último
intento. Un increíble esfuerzo de la melé de Clermont les volvió a dar la
posesión. Tras quedarse a centímetros de posar el oval entre los palos, O’Brien
provocó un golpe por retenido que terminó el partido. Leinster ganó por 15 a 19
y defenderá su título en la final.
Ulster vs. Edinburgh
Ulster se alzó con la victoria en
la primera semifinal al vencer a Edinburgh gracias a su delantera y a la
estelar actuación de su medio de melé Pienaar, autor de 17 puntos con sus
botas. Edinburgh mientras tanto quedó eliminado a pesar de la gran labor de
Laidlaw y lamentando qué habría sido del partido si no hubieran arruinado la
mayoría de sus oportunidades por un deficiente manejo del balón.
Los escoceses estaban llenos de
confianza después de haber eliminado a Stade Toulousain, siempre favorito en la
competición. De esta manera, a través de Blair y Visser se mostraron
amenazantes en los primeros compases del partido. Sin embargo fue Pienaar quien
abrió el marcador con un esfuerzo de larga distancia gracias al golpe
conseguido por su melé. Después de un buen período de posesión de Edinburgh,
con varias fases de juego de ataque, Ulster fue penalizado con dos golpes de
castigo casi seguidos y Laidlaw puso a su equipo por delante.
Una gran melé del equipo irlandés
en la 22 contraria creó la plataforma necesaria para percutir gracias a la
delantera. El balón fue declarado injugable a dos metros de la zona de ensayo
con lo que se decretó melé a cinco para Ulster. La delantera de los locales fue
otra vez superior y empujó al paquete escocés hasta conseguir el ensayo gracias
a Wannenburg. Fue convertido por Pienaar.
El buen trabajo de los terceras
escoceses en la melé abierta ganaba la posesión para los visitantes. Visser
seguía siendo un peligro continuo. Un ataque tras 19 fases provocó que
Terblanche tuviera que salirse por la zona de ensayo. Tras la melé a cinco el
balón le llegó a Jones que fue detenido por la defensa a escasa distancia de la
línea. Enseguida llegaron los delanteros en su apoyo pero el balón cayó hacia
delante y la oportunidad se perdió en el limbo.
Un golpe en la cara de Terblanche
sobre Ross fue visto por el juez de touche, que informó al árbitro de lo
ocurrido. El sudafricano fue enviado a la caseta con tarjeta amarilla. Sin
embargo, los escoceses no fueron capaces de capitalizar esta ventaja numérica.
A pesar de mantener el dominio del oval y de apilar fases de ataque, los fallos
en el manejo del balón en los momentos críticos arruinaron su buen trabajo. Los
diez minutos de inferioridad se saldaron con un parcial de 3-0 a favor de
Ulster gracias a otro golpe de Pienaar. En la última jugada de la primera parte
Laidlaw pateó entre los palos de nuevo para poner el 13-9 en el marcador.
La segunda parte comenzó como
terminó la anterior, con otros tres puntos del apertura escocés. Entonces, con
el resultado igualado, Pienaar tomó el mando. Con una buenísima patada a seguir
provocó una touche a diez metros. Tras la touche se decretó un golpe que fue
pateado a la esquina. El maul fue parado a un metro de la línea. Un gran
placaje de Talei arruinó lo que parecía el segundo ensayo para Ulster. Balón
injugable y melé a cinco para los atacantes. Cuando parecía que Wannenburg iba
a marcar, Laidlaw le arrebató de manera milagrosa el balón para alejar el
peligro. Pareció David contra Goliat.
El ataque de Edinburgh siguió la
misma tónica. Buen trabajo de la línea, gran búsqueda de espacios y
excepcionales ángulos en carrera para dejar caer el balón en la zona de 22.
Tres golpes de castigo más a favor de los locales gracias al trabajo de la
delantera y convertidos en puntos por Pienaar dieron a Ulster una ventaja
definitiva.
En el último minuto una patada
del medio melé del equipo irlandés forzó a Blair a pedir marca. Edinburgh salió
jugando a la mano. Talei rompió la línea con potencia, cuando fue placado pasó
fantásticamente a Scott, que encontró a Thompson para ensayar. Al fin. Pero
tarde. La conversión de Blair puso el definitivo 22-19.
La Final
La final se disputará en el
estadio de Twickenham el día 19 de mayo. Un día antes se jugará la final de la
Amlin Challenge Cup, segunda competición continental, a menos de un kilómetro
de distancia, en The Stoop, entre los equipos franceses de Biarritz y Toulon.
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BBA Universidad de Cantabria
Carleton University Business Program
Colaborador MotivaGoal
Twitter: @chitomuniz