En la Premier, las
alternativas están dejando en un segundo plano a los favoritos.
De esta manera, Manchester City, Manchester United y Chelsea se han visto
superados por Arsenal y Liverpool en las siete primeras jornadas. Estos dos
históricos lideran la liga inglesa –empatados a 16 puntos– reforzados por un
arranque fantástico que les permite soñar con reencontrarse con la gloria. Ambos
la anhelan, la desean, la necesitan. En el caso del Arsenal son 8 años sin títulos. Demasiado tiempo de
sequía para un club que trabaja por y para volver a engalanar sus vitrinas. El
Liverpool, en las tres últimas décadas, se ha especializado en las competiciones
coperas; tanto internaciones, como domésticas. Su asignatura pendiente, la liga inglesa, la cual no gana desde la temporada 1989/90.
La mejoría que ha
experimentado el Arsenal se ha traducido con el primer puesto en la Premier. La sorprendente derrota (1-3) de la
primera jornada ante el Aston Villa en casa no hacía vislumbrar un buen
panorama. Dicho contratiempo, sin embargo, ha tenido el efecto contrario,
suponiendo un punto de inflexión que ha abierto la veda a una trayectoria
ascendente plasmada en cinco victorias (Fulham, Tottenham, Sunderland, Stoke
City y Swansea) y un empate (West Bromwich). Con 14 tantos en siete jornadas,
el Arsenal también encabeza el ranking de máximo goleador del campeonato inglés.
Además, en la Champions, también sigue idéntico camino al sumar 6 puntos de 6
posibles en el grupo de la muerte. Marsella (1-2) y Nápoles (2-0), sus víctimas
en las dos primeras jornadas. Esta campaña parece que Wenger haya dado con la
tecla, después de unos cuantos años dando tumbos.
Hablar de Arsene Wenger es
hablar del técnico más importante de la historia ´gunner’. La marcha de
Ferguson le ha dejado como el entrenador que más tiempo (desde 1996) lleva en un
mismo banquillo. El francés ha dotado al Arsenal de un estilo vistoso,
apostando por fichar a talentos para convertirlos en cracks. Esta política se
ensalzó con la consecución de títulos. Hasta ahí todo bonito. Una vez llegó la
sequía, se empezó a cuestionar al de Alsacia. Sus detractores hablaban de
reemplazar a un técnico cuyo modelo parecía incapaz de dar más frutos. Este
verano, entre tanto pesimismo, se instaló un soplo de aire fresco. Después de
años mermado en lo económico por la construcción del nuevo estadio, Wenger
anunció que disponían de suficiente
capital para acometer la contratación de un crack. El Arsenal iba a por ese
jugador, que no había tenido desde Henry y Fàbregas, necesario para aspirar a
la gloria.
Así llegó Mesut Özil y, con él, el conjunto del
norte de Londres ha dado el salto de
calidad necesario. El alemán se ha acoplado perfectamente a su nuevo club,
en el que reluce su visión de juego y último pase. Junto a Wilshere y Ramsey,
forma un centro del campo de toque y, ante todo, de mucha calidad técnica. El
Arsenal, además, está solventando sus dos principales déficits. Se
caracterizaba por encajar con demasiada facilidad, evidenciando errores de
concentración y posicionamiento en la retaguardia. Esta campaña, la pareja de
centrales formada por Mertesacker y Koscielny se muestra segura, lo que se
traduce en una mejoría en el nivel defensivo. El otro defecto lo está
subsanando Giroud. Antes que Özil, el Arsenal trató de fichar, sin éxito, a
Luis Suárez ante la falta de un 9 de completas garantías. Hasta la fecha,
Giroud está acallando dicho debate con un rendimiento más que notable en forma
de goles. De hecho, esta versión recuerda a la del Olivier que hace dos
temporadas deslumbró con el Montpellier.
El Liverpool, por su parte,
tuvo un arranque fulgurante con tres victorias en las tres primeras jornadas
ante Stoke City, Aston Villa y Manchester United. Después se produjo un frenazo:
empate (2-2) a domicilio ante el Swansea y una derrota (0-1) en Anfield ante el
Southampton. El conjunto ‘red’ reaccionó con dos nuevas victorias ante el
Sunderland (1-3) y Crystal Palace (3-1) que le ponen colíder de la Premier
junto al Arsenal.
El objetivo del Liverpool pasa por clasificarse para la Champions, sin renunciar a nada. Anfield
quiere volver a vivir partidos de la máxima competición continental y el club
trabaja para estar en la edición del próximo año. Mantenerse en la cabeza
supone el mejor atajo para lograrlo. Una situación que, antes de empezar el
campeonato, nadie hubiera imaginado. Se podía vislumbrar en puestos europeos,
aunque no en lo más alto. Este Liverpool está sorprendiendo y se ha propuesto
seguir así. Aunque haya rivales con, a priori, más potencial, el conjunto de Brendan
Rogers jugará sus bazas.
Manuel Monfort Marzá
Editor Ejecutivo - MotivaGoal
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