El fútbol es
para los argentinos un sentimiento que nace con el primer llanto y muere con el
último aliento de vida. Se lleva en la sangre, te transforma y te invade de ese
amor incondicional por el club y por la Selección que no tiene explicación. Es
entonces cuando el corazón se hace dueño de la razón y uno se rinde a sus pies.
A partir de
allí forma parte de tu vida. Está en cada transmisión de radio, en la
televisión, en los periódicos, en las bromas a los rivales, en las discusiones
con amigos y principalmente en los potreros donde se forjan las ilusiones de
miles de chicos que sueñan jugar en la
primera división de Argentina, en la Selección Nacional y por supuesto tener el
privilegio de ir un Mundial.
Existe un
hombre que una vez siendo niño hizo un pacto de amor incondicional con una
pelota de fútbol. Vivió y creció para cuidarla y mimarla tratándola con respeto
y devoción. El día que colgó definitivamente los botines dijo una frase que
sintetizó toda su carrera futbolística: “El fútbol es el deporte más lindo y
sano que existe en el mundo. Eso no le quepa la menor duda a nadie. Porque se
equivoque uno no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué. La pelota
no se mancha.”
Ese hombre se
convirtió en leyenda viva del fútbol argentino. Con él se despertó la ilusión
de un país futbolero que lloró con aquél gol increíble a los ingleses en el
Mundial 86 y volvió a llorar de pena y rabia en el Mundial 94 cuando un control
antidoping “le cortó las piernas a Dios”.
Vídeo: Maradona y los Cebollitas
LOS COMIENZOS DEL “DIEZ”
Toda historia
tiene un principio y esta empezó en Villa Fiorito, un barrio marginal de Buenos
Aires. Un 30 de octubre de 1960 nació un niño llamado Diego Armando Maradona,
el quinto hijo y primer varón de una modesta familia
“En una Villa
nació, fue deseo de Dios, crecer y sobrevivir a la humilde expresión enfrentar
la adversidad con afán de ganarse a cada paso la vida.”
Siendo muy
niño el “Pelusa” como le conocían en el
barrio, se hizo famoso por su habilidad con la pelota ya que podía hacer
malabares increíbles con ella sin permitirle tocar el suelo. Esta virtud fue
solo el comienzo de todo lo que tenía reservado para el futuro.
Su primer
equipo se llamó “Estrella roja” creado por don Diego, su padre para que los
niños del barrio se divirtieran y allí
empezó a marcar diferencias.
Un día tuvo
la fortuna de enfrentar al equipo “Tres banderas” máximo rival de la Villa
donde jugaba Gregorio Carrizo un nueve de área y gran definidor .Goyo fue
primero su rival y después compañero de clase para terminar siendo su amigo
inseparable y quien le animara a presentarse a una prueba en las divisiones
inferiores de Argentinos Juniors.
“En un
potrero forjó una zurda inmortal con experiencia sedienta ambición de llegar.
De cebollita soñaba
jugar un Mundial y consagrarse en Primera, tal vez jugando pudiera a su familia
ayudar.”
Se probó en
los cebollitas, equipo dirigido por Francis Cornejo quien con asombro le
preguntó si estaba seguro de tener diez años. “Uno pasa la vida entre pibes, esperando el
momento de encontrarse ante un jugador así. Y cuando ocurre es difícil de
creer. Cuando lo vi, me di cuenta de que estaba ante el broche de oro de mi
carrera de viejo entrenador. A partir de ese día, solo viví para Diego
Maradona”,
El paso por
las divisiones inferiores de Argentinos Juniors fue breve. El talento del
muchacho de Fiorito era tal que subió escalones rápidamente. Unos días antes de
cumplir 16 años, el 20 de Octubre de 1976 hizo su debut oficial en un partido
del Campeonato Metropolitano. Minutos antes de entrar al campo su entrenador
Juan Carlos Montes le dijo:” Vaya pibe, juegue como usted sabe y si puede, tire
un caño.” Y en la primera jugada donde
participó recibió el balón de espaldas a su marcador, le esquivó e hizo un regate
espectacular que dejó boquiabiertos a los hinchas.
Luís Galván,
zaguero de Talleres de Córdoba y futuro compañero en la selección Argentina del
78’ destacó: “Nosotros dominábamos claramente el partido hasta que ingresó
Maradona. A partir de allí todo cambió. Diego se puso el equipo al hombro y nos
fueron arrinconando en nuestra portería. Terminamos defendiéndonos pero
ganamos. No podíamos creer lo que hacía ese chico con una inmensa melena llena
de rulos.”
La gente
empezó a comentar que en la cancha de tablones “de los bichos de la Paternal”
(hoy el estadio lleva su nombre y fue remodelado en 2003) jugaba un pibe que
volvía loco a los rivales así que nadie quería perderse semejante espectáculo.
Fue entonces cuando Argentinos Juniors comenzó a tener un lugar en el mundo
futbolístico, se hizo famoso y empezó a jugar partidos internacionales donde la
sola presencia de Maradona conseguía eclipsar a todo lo que había a su
alrededor.
El equipo
consiguió su primer subcampeonato Metropolitano de primera división en 1980 y
Diego se convirtió en el máximo goleador del torneo con 25 tantos.
Vídeo: Maradona en Argentinos Juniors. Golazo al Loco Gatti
SU PRIMERA LLEGADA A BOCA JUNIORS
Los xeneizes
habían tenido un mal campeonato en 1980 en los dos torneos mientras River Plate
su eterno rival obtenía su segundo tricampeonato algo que hacía mucho daño. En
las elecciones internas del club, Martín Benito Noel llegó a la presidencia con
la difícil misión de encontrar un revulsivo que devolviera a Boca Juniors la
honra deportiva.
Su primera
misión fue contratar a Silvio Marzolini y renovar el plantel con grandes
jugadores como Miguel Brindisi, Marcelo Trobbiani, Osvaldo Escudero, Carlos
Morete, Roberto Passucci y la figura codiciada por todos, el joven Diego
Maradona.
“A poco que
debutó Maradó, Maradó, la 12 fue quien coreó Maradó, Maradó su sueño tenía una
estrella llena de gol y gambetas.”
En el año
1981 Diego Maradona llegó a préstamo a Boca Juniors. Ese préstamo costó 4
millones de dólares con opción de compra por otros 4 millones netos para
Argentinos Juniors.
El pase del
mejor jugador del momento derivó en una novela de terror. Boca Juniors se
endeudó y para aminorar el pago elaboró un paquete de jugadores que pasaron a
la Paternal: el portero Osvaldo Santos, el defensor Miguel Ángel Bordón, los
mediocampistas Mario Sanabria y Carlos Salinas y el delantero Carlos Randazzo.
Fueron
reuniones interminables con idas y vueltas. La presión del presidente de
Argentinos Próspero Cónsoli llegó a límites extremos. La hinchada no estaba
conforme con la venta de su estrella y empezó a demostrarlo con amenazas a sus
dirigentes, incendiando diez tablones del estadio y construyendo una horca con
el nombre pintado del presidente. Por suerte la sangre no llegó al río y el
pase se concretó.
A pocos días
de haber firmado su contrato hizo su presentación oficial frente a Talleres.
Otra vez el equipo cordobés en su camino pero con un resultado muy diferente.
Boca ganó 4 a 1 y Maradona convirtió dos goles.
La relación
con el míster Silvio Marzolini fue uno de los problemas mayores en su romance
con Boca situación que se repetiría en el tiempo con otros entrenadores. Maradona
no soportaba largas concentraciones ni entrenamientos exigentes ya que estaba acostumbrado a las libertades que
gozaba en Argentinos y cualquier cambio le era difícil de asimilar.
El equipo de
Marzolini hizo un buen torneo pero su momento glorioso llegó el 10 de abril en
el primer superclásico que disputara Maradona ganando por 3-0 con una obra
maestra de gol dejando al portero Fillol por los suelos y al defensor Tarantini
fuera de juego con sus gambetas y amagues imposibles.
Maradona
consiguió así el único título con la azul y oro convirtiendo 17 goles. “En el
81 era un chico que ya era un gran jugador y él lo sabía. En el interior del
país pagaban 120 mil dólares por cada partido amistoso para verle jugar”
recordó el entrenador.
En el Torneo
de Verano del 82, Maradona se despidió de Boca antes de concentrarse con la
Selección Argentina para el Mundial de España. Al finalizar el año volvió a
Argentinos ya que no se pudo hacer opción a su compra. En medio de un reclamo
judicial el Barcelona ofreció 8 millones de dólares, 6 millones para el club
que le vio nacer y 2 millones para el que le hizo famoso.
Su primera
etapa en Boca Juniors se cerró con 40 partidos y 28 goles.
Vídeo: Maradona y el Metropolitano 81 con Boca Juniors
SU PASO FUGAZ POR NEWELL´S OLD BOYS
Maradona
volvió al fútbol argentino en 1993 después de ocho años, diez meses y ocho días.
Su paso por Newell´s fue fugaz despertando más expectativas de las que pudo
ofrecer pero dejando una huella imborrable en los corazones de sus hinchas.
La historia
con el equipo rosarino comenzó cuando su ex compañero en Argentinos, Ricardo
Giusti viendo un partido de Newell´s desde la grada aburriéndose mucho comentó:
“este club necesita un golpe de efecto. Yo conozco a la única persona capaz de
dárselo.” Y desde ese día ayudó para que la ilusión se convirtiera en realidad.
Aquél 13 de
septiembre de 1993 la ciudad de Rosario se revolucionó. El parque Independencia
se vistió de lujo y tuvo vida propia. Treinta mil personas pudieron ver como
Maradona, el máximo ídolo del fútbol argentino, se vestía con los colores rojos
y negros el día de su gran presentación en la primera práctica con el plantel
que dirigía el Indio Solari.
Sus
compañeros (entre ellos estaba Gerardo “Tata” Martino, actual entrenador del FC
Barcelona) le escoltaron en la salida de la manga, mientras recibía la ovación de un público que
explotaba de felicidad. El más ilustre de los “canallas (apodo del equipo de
Rosario Central), el Negro Fontanarrosa dijo respecto a su fichaje “Lo de
Maradona en su enunciación pareció que iba a ser muy grave. Y después casi
resultó una broma al revés. Es como si el más encarnizado de tus vecinos se
compra un Rolls Royce, te mató. Y después no lo puede sacar del garaje.”
Maradona se puso en forma bajando 12 kilos y el 7 de octubre se presentó en un partido amistoso ante el Emelec de Ecuador. Oficialmente, lo hizo el día 10 perdiendo por 3-1 contra Independiente de Avellaneda como visitante. También enfrento a Belgrano, Gimnasia y Esgrima de la Plata, Boca Juniors y Huracán antes de sufrir un desgarro muscular.
Maradona se puso en forma bajando 12 kilos y el 7 de octubre se presentó en un partido amistoso ante el Emelec de Ecuador. Oficialmente, lo hizo el día 10 perdiendo por 3-1 contra Independiente de Avellaneda como visitante. También enfrento a Belgrano, Gimnasia y Esgrima de la Plata, Boca Juniors y Huracán antes de sufrir un desgarro muscular.
Tras el
alejamiento del Indio Solari, llegó Jorge Castelli para dirigir al equipo. La
relación con el nuevo entrenador no fue buena y terminó con la salida polémica
del club.
Vídeo: Presentación de Maradona con Newell´s Old Boys
SU REGRESO A BOCA JUNIORS, LA DESPEDIDA
La suspensión
de 15 meses por el doping positivo en el Mundial de 1994 fue durísima para
Diego. Con una larga inactividad futbolística a sus espaldas y 36 años el
“diez” regresó a Boca Juniors para despedirse.
Maradona
soñaba con ser jugador y entrenador pero esa idea no prosperó y debió
conformarse con volver a estar a las órdenes de Silvio Marzolini. El ansiado
retorno fue el 30 de septiembre de 1995 en el marco de un amistoso
internacional ante la Selección de Corea con una victoria por 2 a 1.
La dupla que supo formar en el Mundial 90 con Claudio Caniggia no prosperó en el Torneo Apertura y se sustituyó al entrenador, reemplazándolo por Carlos Bilardo, quien provocó malestar en Maradona. Diego, en un principio, se opuso a la contratación del hombre con quien había tenido una dura disputa en el Sevilla.
La dupla que supo formar en el Mundial 90 con Claudio Caniggia no prosperó en el Torneo Apertura y se sustituyó al entrenador, reemplazándolo por Carlos Bilardo, quien provocó malestar en Maradona. Diego, en un principio, se opuso a la contratación del hombre con quien había tenido una dura disputa en el Sevilla.
Tras limar
asperezas con el entrenador, el equipo de Bilardo y Maradona fue un serio
candidato a ganar el Torneo Clausura del 96’ pero una sorpresiva derrota ante Racing
Club de Avellaneda impidió tal logro. Ese año hizo su debut Juan Román
Riquelme.
“La fama le
presentó una blanca mujer de misterioso sabor y prohibido placer, que lo hizo
adicto al deseo de usarla otra vez involucrando su vida. Y es un partido que un
día el Diego está por ganar.”
El 11 de
agosto de 1996 se despidió del fútbol por 11 meses para internarse en Suiza
para seguir un tratamiento por su adicción a las drogas. En abril de 1997 firmó
su último contrato futbolístico como jugador regresando otra vez a Boca. Ese
año se incorporaron jugadores que a posteriori serían figuras: Martín Palermo,
los mellizos Gustavo y Guillermo Barros Schelotto, Walter Samuel y los
colombianos Jorge Bermúdez y Oscar Córdoba.
Tres meses
después de su último retorno volvió a aparecer el fantasma del dopaje y ante la
presión mediática decidió poner punto final a su carrera de jugador profesional
el 25 de Octubre de 1997.
“Dicen que un día, un Dios se hizo
brisa para pasear por Fiorito. Y entró en una casilla, donde la puerta no
cerraba bien. Allí dormía un chico con el pie izquierdo destapado.”
Sandra Vadillo
Periodista Deportiva
Twitter: @sandrapress