El Getafe vive al borde del
abismo. No gana desde el pasado 17 de diciembre, cuando goleó al Girona en
Copa. Desde entonces, atraviesa un profundo bache que le deja como el peor
equipo de 2014. Arrastra el lastre de 9
partidos sin ganar (7 derrotas y 2 empates) igualando su peor registro histórico en una temporada en Primera.
En la campaña 2010/11, del 13 de febrero al 11 de abril, también estuvo 9
partidos seguidos sin conocer el triunfo. De no romper su negativa tendencia
esta jornada en Balaídos, el cuadro azulón escribirá su peor racha de jornadas
seguidas sin firmar el triunfo en 10 cursos en Primera.
A principios de temporada, parecía
que las tornas iban a ser diametralmente opuestas. De hecho, llegó a ocupar puestos europeos. El
globo se fue deshinchando y el Getafe no encontró la deseada reacción para
convivir con una situación tranquila. Más bien ha entrado en una caída libre
que le ha dejado decimosexto, a 4 puntos del descenso. La situación no es peor
porque los tres de abajo no dan más de sí.
La
grada pide a gritos la destitución de Luis García. El
madrileño está viviendo sus momentos más complicados en su tercera temporada
como técnico azulón. En las dos anteriores, dejó al equipo en la zona media; en
esta no da con la tecla para enderezar el rumbo. Después de caer por 0-3 ante
el Real Madrid en la última jornada, el técnico justificó así la mala situación
del equipo: “El aspecto mental hace muchísimo. Los jugadores quieren poner todo
de su parte. La cabeza, cuando va jodida, va jodida”. Cuando el problema
alcanza estos lares, se hace muy difícil la reacción. El crédito de Luis García
es cada vez menor y el fantasma de la destitución planea sobre el Coliseum.
Reacción inmediata o cambio.
El Getafe con Luis García, en
ocasiones, práctica un juego demasiado
especulativo. Teniendo en cuenta que sus mejores jugadores están en tres
cuartos de cancha, un estilo más
ofensivo podría ofrecer mejores resultados. En la mencionada línea
ofensiva, el equipo cuenta con notables recursos. En la derecha, Pedro León
tiene un guante en su pie derecho. El murciano es un especialista a balón
parado, así como en servir goles con centros medidos al área. En la otra banda,
Diego Castro y Gavilán ofrecen dos características distintas. El último ofrece
unas variantes idénticas a las de Pedro León. El ex del Sporting aporta
verticalidad y llegada. Diego Castro también puede jugar en la mediapunta,
hábitat en el que se desenvuelve Sarabia, exhibiendo dosis de creatividad y
visión de juego. Lafita es el último exponente de jugadores de esta
demarcación. El maño tiene en la polivalencia una de sus virtudes, pudiendo
actuar en las bandas, de mediapunta o falso nueve. Garantiza velocidad y
desborde.
El mayor problema del
Getafe, que viene ya desde hace temporadas, es la falta de un 9 que asegure más de 10 goles por temporada. Desde
Soldado, los que han defendido la casaca azulona no han conseguido borrar la
huella del hoy futbolista del Tottenham. Ni Miku, ni Álvaro Vázquez, ni
Colunga, ni Ciprian Marica han superado este hándicap. Tal vez sea más problema
de propuesta futbolística que de los delanteros en sí. De los arietes actuales,
Ciprian Marica cuenta con cartel internacional y Colunga da la sensación de que
puede mejorar sus prestacones. Con un estilo más ofensivo se incrementarían las
opciones en ataque y, presumiblemente, también el número de tantos de los
delanteros.
De todos modos, Luis García
tiene una hoja de ruta establecida y no va a cambiarla. Tal vez lo mejor sea un
cambio de cromos en el banquillo. El Getafe necesita un revulsivo, un técnico
que recupere la autoestima del grupo y, de paso, que ponga en liza una idea de
juego más osada y vistosa.
Manuel Monfort Marzá
Editor Ejecutivo - MotivaGoal
manuel.monfort@motivagoal.com
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