Una acción intolerable y lamentable empañó el Villarreal -
Celta a cuatro minutos del final del partido. Un impresentable lanzó, desde la
parte elevada del Fondo Sur, un bote con gas lacrimógeno. Bajo estos efectos, los
jugadores abandonaron el campo y la afición fue desalojada del estadio entre problemas
respiratorios, escozor en los ojos y picor en la garganta. El partido estuvo
parado alrededor de 20 minutos hasta que cesó la nube de humo. Luego ambos
conjuntos volvieron al rectángulo de juego y disputaron los minutos que
restaban. El Celta ganó (0-2) y se llevó tres puntos valiosos de El Madrigal.
El fútbol es lo de menos. Lo que importa es que no hubo que lamentar heridos. Ojalá
se pueda localizar al infractor, que le caiga un castigo ejemplar y, por
supuesto, que nunca vuelva a pisar un estadio. Individuos así no representan a
ninguna afición y menos a una de 10 como la del Villarreal.
Punto final. Ya le he dado mucha cola al indeseable. Ahora
toca fútbol, fútbol y solo fútbol.
0- Villarreal C.F:
Juan Carlos; Mario, Musacchio, Dorado (Gabriel´76), Jokic; Moi Gómez, Pina,
Bruno, Trigueros (Nahuel´73); Giovani (Jonathan Pereira´76), Perbet.
2- R.C. Celta de Vigo: Yoel;
Hugo Mallo, Cabral (Iñigo López´46), Aurtenetxe, Jonny; Fontás; Augusto
Fernández (Alex López´69), Rafinha, Krohn-Dehli (Nolito´57), Orellana; Santi
Mina.
Goles: 0-1
Orellana min.83, 0-2 Nolito min.89.
Árbitro: Fernández
Borbalán (Comité andaluz). En el Villarreal
C.F. amonestó a Jokic (9´), Musacchio (66´). En el R.C. Celta de Vigo mostró la amarilla a Cabral (22´), Aurtenetxe
(40´), Augusto Fernández (57´) y Nolito (89´).
Datos:
Encuentro de la jornada 24 de Primera División disputado en El Madrigal ante
17.000 espectadores. Terreno de juego en perfectas condiciones.
El Celta vive su mejor momento de la temporada (10 puntos
de 12 posibles en los últimos cuatro choques) y ha dado otro paso importante
para permanecer en Primera. Sacó petróleo de El Madrigal. Ni mereciendo ganar
se le resistió el triunfo. Tal vez sean las ‘meigas’ o, simplemente, que cuando
las cosas vienen de cara todo se antoja más sencillo. También podríamos
llamarlo justicia en el sentido de que no ganó cuando jugó mejor que los
rivales y, ahora, el fútbol le devuelve lo que le robó en su día. Como el
fútbol es muy caprichoso, más adelante quizás salde dicha deuda con el
Villarreal. Por méritos, hizo más para ganar teniendo en cuenta que esgrimió muchos
más argumentos ofensivos que el cuadro gallego.
El Celta sacó
tajada a balón parado
El Villarreal jugó mejor, fue superior, pudo ganar
sobrado, pero perdonó y quién perdona la paga. La clave estuvo en la
efectividad. El Submarino dispuso de más y mejores ocasiones que no encontraron
el camino del gol. El Celta, con menos opciones, se llevó los tres puntos.
Construyó su victoria a balón parado con un tanto de falta directa y otro de
cabeza que nació de idéntica modalidad. Orellana abrió la lata en el minuto 83,
justo antes de producirse el incidente. Cuando el juego se reanudó, el Celta
volvió mejor y sentenció la contienda. El definitivo 0-2 lo firmó Nolito de
falta en el minuto 89 en un golpe franco. La barrera se abrió en el lado de Pina
y Nolito encontró el resquicio necesario para batir a Juan Carlos.
El Villarreal no
mereció perder, hizo méritos para ganar
Hasta el minuto 20, imperó la igualdad. A partir de ahí y
hasta el final, el Villarreal se hizo dueño del mismo pese a que el resultado
refleje lo contrario. El Celta, inicialmente, imprimió presión y ritmo
queriendo igualar la batalla de la posesión pero, ya sea por inercia o por ser
superado, retrocedió. El Villarreal sacó su repertorio de buen fútbol,
moviéndola rápido y en vertical en campo enemigo. El Submarino lo intentó de
todas las maneras: centros, pases filtrados, disparos desde fuera del área,
remates a bocajarro… Unas vez Joel y otras la mala puntería le dejaron sin
premio. Perbet, que fue titular, no tuvo su noche y erró dos buenas ocasiones.
El linier le anuló bien un gol por fuera de juego claro de Moi Gómez. Este último tuvo el gol en un mano a mano que Yoel le desbarató. Bruno de
cabeza y Pina desde fuera del área se sumaron a las ocasiones falladas. Sus
remates no vieron puerta por poco. El Celta no dispuso de ocasiones claras
hasta la segunda mitad. Quitando los dos goles, sus opciones siempre se
produjeron con disparos desde la frontal. Destacar uno de Alex López que no vio
puerta por centímetros. Un latigazo que hizo temblar a El Madrigal.
Las sustituciones que
realizó Luis Enrique, decisivas
Luis Enrique acertó de lleno con los cambios. Tras el
descanso, retiró a Cabral –el más desentonado de la zaga hoy– y dio entrada a Iñigo López. Este último llegó
en el mercado invernal y disputó sus primeros minutos con la casaca celeste. El
Celta estuvo a buen nivel defensivo e Iñigo López contribuyó a ello junto a
Hugo Mallo, Aurtenetxe y Jonny. Sin obviar a Fontás, habitual central, hoy de
medio defensivo. ‘Lucho’ le puso en esta posición para ganar en robo en el
centro del campo y equilibrar. Misión cumplida. El defensor cedido por el
Barcelona dio equilibrio y ofreció las ayudas necesarias a los defensores,
convirtiéndose en un central más cuando la situación así lo requería. Los otros
dos jugadores que entraron, Alex López y Nolito, fueron decisivos. El primero
dio mucho criterio en la circulación y, además, permitió ganar también en
llegada desde segunda línea. Nolito, a parte del gol, aportó profundidad. El
que no estuvo muy acertado en esta ocasión, Rafinha. La sensación celtiña
estuvo individualista.
Con este resultado, el Celta se mantiene decimoprimero y amplía
su ventaja respecto al descenso en 8 puntos. Una renta cómoda que invita al
Celta a mirar, momentáneamente, hacia arriba. Ahí se sitúa un Villarreal que
pierde fuelle en su lucha por la Champions. Si el Athletic vence al Espanyol en
San Mamés, la cuarta plaza que ocupan los leones se quedaría a 7 puntos…
Manuel Monfort Marzá
Editor Ejecutivo - MotivaGoal
manuel.monfort@motivagoal.com
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Twitter: @manuelmonfort