El
Villarreal cosechó los tres primeros puntos en casa, con una remontada
espectacular de por medio. Goleó 4-2 a un Rayo que se llegó a poner 0-2. Ambos
equipos convivieron con una de cal y otra de arena, aunque con final feliz para
los de casa. En la primera media hora, el fútbol ofensivo y combinativo del
Rayo superó a un Villarreal desconectado. Los goles de Kakuta y Bueno hicieron
resoplar a El Madrigal. La reacción local no se concibe sin el tanto de
Espinosa antes del descanso. Metió al Villarreal cuando peor estaba y, además,
llegó poco después del 0-2. En la segunda mitad, el Villarreal fue una máquina
de fútbol que se ensañó con la fragilidad defensiva franjirroja. Los de
Marcelino marcaron tres que bien pudieron ser más dado el torrente de
ocasiones. La entrada de Vietto (doblete), fundamental. Musacchio marcó el otro
tanto. El ‘submarino’ se sitúa en puestos europeos. El Rayo, al borde del
descenso.
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4- Villarreal C.F (4-4-2): Asenjo; Rukavina, Musacchio, Gabriel, Adrián
Marín; Espinosa (Vietto´57), Trigueros (Jonathan Dos Santos´66), Bruno, Cani;
Uche (Gerard Moreno´85), Cheryshev.
2-
Rayo Vallecano (4-2-3-1): Cristian
Álvarez; Tito, Zé Castro, Morcillo (Quini´66), Insua; Baena, Trashorras; Licá,
Bueno (Manucho´74), Kakuta; Leo Baptistao (Pozuelo´60).
Goles: 0-1
Kakuta min.21, 0-2 Bueno min.28, 1-2 Espinosa min.32, 2-2 Musacchio min.62, 3-2
Vietto min.73, 4-2 Vietto min.86.
Árbitro: Prieto Iglesias (Comité navarro). Mostró la
tarjeta amarilla a Espinosa (31´), Bueno (69´), Rukavina (72´) e Insua (76´).
Datos: Partido de la cuarta jornada de la Liga BBVA
2014/15 disputado en El Madrigal ante 17.000 espectadores. Terreno de juego en
perfectas condiciones.
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En
El Madrigal, la mayoría de equipos similares al Rayo Vallecano apuestan por
cerrarse y contragolpear. El Rayo es una de las excepciones. Para Paco Jémez la
iniciativa y el toque son medios irrenunciables, independientemente del rival y
el escenario. Hay que agradecer la apuesta del técnico. Favorece al fútbol y,
sobre todo, al espectáculo. Trashorras, cerebro del Rayo, es quién mejor representa
esta forma de jugar. Mientras funcionó Trashorras funcionó el Rayo. Sucedió en
la primera mitad, en la que el Rayo tuvo mayoritariamente el control de la
situación a base de tener más el balón que el Villarreal.
Superioridad de un buen Rayo en
la primera mitad
El
Villarreal, tirando más de contra que de iniciativa, no encontraba el sitio
adecuado. Poca elaboración y dificultad a la hora de la salida desde atrás por la
presión en primera tan bien ejercida por el Rayo. A partir del primer cuarto,
el Rayo creció y, por momentos, rozó la exhibición. Su fútbol, ensalzado en lo
estético, se correspondió con una efectividad casi perfecta. De tres ocasiones
claras, dos terminaron en gol. Ambos tantos nacieron en la banda derecha. Tito
y Licá sirvieron dos buenos centros aprovechados por Kakuta y Bueno en los
minutos 21 y 28, respectivamente. En ambas dianas, los anotadores se
anticiparon a los marcadores. El sistema defensivo del Villarreal, que tan bien
había funcionado en partidos anteriores, se vio superado. Al menos, en la
primera parte. En la segunda, las aguas volvieron a su cauce.
Pese
a las circunstancias mencionadas, el Villarreal pudo irse al descanso con
empate. En el 32´, Espinosa marcó un tanto fundamental en lo psicológico que ya
se sabe la influencia que tuvo. Acto seguido, Uche hizo lo más difícil y erró
lo más sencillo. Sorteó la salida del portero con un precioso sombrero y, a
portería vacía, remató al palo. Pese a ser superado en el juego, el Villarreal
dispuso de tantas ocasiones claras como el Rayo en la primera parte. Algo que
dejó ya entrever que en defensa el Rayo está para el arrastre. En la segunda
parte, se evidenció como tal. De todos modos, hay que reseñar un aspecto. Solo
un sistema defensivo de alto nivel hubiera podido hacer frente al vendaval ofensivo
que imprimió el ‘submarino’. Porque el Villarreal se transformó en eso, un una huracán
imparable.
Tremenda reacción del Villarreal
Sencillamente,
la segunda parte del Villarreal fue memorable. El fútbol vertical encontró su
máxima eficiencia, basándose en un ritmo atacante vertiginoso que desesperó al
Rayo. Bruno y Trigueros (luego Jonathan Dos Santos) acabaron comiéndose por
completo a todo el centro del campo rayista. Cani, irregular en este inicio de
competición, volvió a emerger en su mejor versión. La entrada de Vietto fue la
clave principal de la remontada porque,
ante todo, se volvió al cauce natural. La explicación es sencilla. Con Vietto
se pasó a jugar con dos puntas natos, lo que propició que Cheryshev abandonara
el centro y pasara a su lugar natural, la banda izquierda. Precisamente, ambos fraguaron
el tercer y cuarto tanto con el ruso asistiendo y el argentino finalizando.
Ambos tantos llegaron en los minutos 73 y 86. Antes, en el 62´, Musacchio
empató tal cabecear un córner botado por Manu Trigueros. La goleada pudo ser de
escándalo, pero unas veces las acertadas intervenciones de Cristian Álvarez y
otras la mala puntería, cerraron el electrónico en 4-2. El Rayo sigue sin
conocer la victoria. El Villarreal, 7 puntos de 12 posibles.
Manuel Monfort Marzá
Editor - MotivaGoal
manuel.monfort@motivagoal.com
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