El partido de ida
correspondiente a las semifinales de la UEFA Champions League entre Atlético de
Madrid y Chelsea acabó con un estéril empate a cero que de buen seguro dejará
más contento a Mourinho y los suyos. Los colchoneros
no pudieron cumplir con la premisa de marcar algún gol que le dé más opciones
en la vuelta pero ahora saben que con un empate a goles estarán en la final de
Lisboa.
La primera parte
transcurrió tal y como había planteado José Mourinho en el momento en que
decidió jugar con un trivote en el centro del campo (David Luiz, Mikel y
Lampard) para ayudar a la línea defensiva en su objetivo de mantener la puerta
a cero. Los dos interiores, Willian y Ramires, también aportaron mucho
sacrificio y trabajo para debilitar las proyecciones laterales de Juanfran y
Filipe Luis. Todo este planteamiento sirvió para anular el juego interior de
Koke y Diego Ribas provocando muchos centros laterales que no pusieron en
problemas a la infranqueable zaga visitante. De hecho, la mejor ocasión de los colchoneros vino de un tiro lejano de
Mario Suarez que se fue por poco a la izquierda de la meta de Schwarzer, que
tuvo que entrar a los 15 minutos para remplazar a Peter Chech. El guardameta
checo no pudo continuar tras producirse una luxación el hombro derecho al
salvar un saque de esquina de Koke que iba directito hacia el fondo de la red.
Con esta propuesta, el
cuadro londinense tan solo podía plantarse en el área contraria a través de los
contragolpes dirigidos por Willian y Ramires. Los balones largos en la transición
defensiva/ofensiva eran una constante pero ninguno encontraba a su
destinatario, Fernando Torres. El de Fuenlabrada parecía fuera del partido y se
mostró muy desacertado en todas las ocasiones que tocó el balón.
El segundo acto arrancó
con la misma tónica que el primero y no fue hasta la hora de encuentro cuando
comenzaron a pasar cosas importantes. Arda Turan entró por Diego y pese a que
el cambio no ayudó a que el Atlético llegara con más insistencia a la meta de
Schwarzer, se intuía bastante más de peligro cuando el turco tocaba el balón. Posteriormente,
Mourinho se vio obligado a realizar un segundo cambio por lesión, un cambio que
no variaría para nada el esquema táctico de los ingleses. El que se marchó fue
el capitán John Terry, que dejó su sitio a Schürrle provocando que Ramires se
colocara en el centro del campo del mismo modo que David Luiz se situó junto a
Cahill en el centro de la zaga.
A falta de un cuarto de
hora, los jugadores rojiblancos reclamaron la segunda amarilla para Cesar Azpilicueta
tras tocar este el balón con la mano. Todo esto llevó a una discusión entre las
dos partes que se cobró con una amarilla para Obi Mikel y otra para Gabi, que
al igual que Lampard se perderán la vuelta ya que estaban apercibidos de
sanción. Finalmente, el capitán colchonero botó el libre directo y su
lanzamiento encontró la respuesta del veterano meta australiano. Esta fue la
mejor ocasión del conjunto del Cholo que seguía insistiendo con los centros
laterales que no atinaban a rematar ni Raúl García ni Diego Costa. El Chelsea
no creo más ocasiones que su rival (de hecho no creó ninguna) pero cumplió con
el objetivo marcado por su entrenador; no encajar ni un solo gol para poder
superar la eliminatoria en el Bridge.
Marc Pérez
Twitter: @penaltiarriba
Especialista en Fútbol Inglés de MotivaGoal
Blog personal: http://penaltiarriba.blogspot.com.es/