El juego de Brasil recibió
innumerables críticas durante el Mundial y con razón. Excepto algunos ratos
sueltos, la pentacampeona no jugó a nada. Nula fluidez en el juego, abuso del
pelotazo largo y escasa creatividad. Con Scolari ya se sabe a lo que se juega,
el pragmatismo por encima del ‘jogo bonito’.
La marcha de Scolari abría
las puertas a un necesario cambio de estilo. Una vuelta a los orígenes, al
Brasil de siempre, ese que enamoraba jugando como los ángeles. Nos quedamos sin
ello por la cabezonería de la Confederación Brasileña de Fútbol. La CBF sigue
empeñada en renunciar a la estética del espectáculo. El nombramiento de Dunga como nuevo seleccionador supone el continuismo.
Más de lo mismo. Brasil puede que gane, pero su juego dejará mucho que desear
desde un punto de vista vistoso.
La
apuesta por Dunga ha despertado el rechazo por parte de la prensa y la afición. De
hecho, un 85% de la población no le quiere como seleccionador según una
encuesta de Globo. Más que un dato,
una repulsa a una manera de jugar que no concuerda con la cultura futbolística
del pueblo brasileño. Éste 85% está harto de ver jugar mal a su Selección. Lo
que se demanda es un técnico con un librillo de ‘jogo bonito’, en lugar del
fútbol resultadista que tanto aburre.
Dunga ha expresado que
trabajará por cambiar la opinión de la gente. Muchísimo trabajo tiene por
delante. Al menos, no estaría mal que fuera introduciendo una renovación con respecto a los 23 de Scolari
en el Mundial. Hay una serie de jugadores que traerían aire fresco: Miranda,
Filipe Luis, Lucas Moura, Coutinho, Dória…
Manuel Monfort Marzá
Editor - MotivaGoal
manuel.monfort@motivagoal.com
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