A falta de poco menos de
50 días para el Mundial, Rusia ya lo tiene todo preparado para
recibir a las 32 selecciones que lucharán por la gloria. España
llegará cómo una de las principales favoritas para desbancar a
Alemania y reeditar el éxito del Mundial de Sudáfrica 2010. Bajo la
batuta de Julen Lopetegui, la Selección se ha repuesto de los
últimos mazazos con buenos
resultados y un excelente nivel de juego, los mejores avales
para soñar con coserse la segunda estrella en el pecho.
Lopetegui cogió a una
Selección alicaída después del fracaso del Mundial de Brasil y el
fiasco de la Eurocopa de Francia. Julen cambió el ánimo, completó
una necesaria transición y apostó por un núcleo fuerte. Sin
embargo, el principal logro reside en recuperar la esencia de la
España del trébol, Eurocopa-Mundial-Eurocopa. Es decir, volver a
instaurar el hambre y el nivel futbolístico de la España que hizo
historia de 2008 a 2012. Palabras mayores, aval para Rusia.
Isco es una de las
banderas de una Selección que baila al son del malagueño, de Silva, Asensio, Thiago y Koke. Y, por supuesto, Iniesta. Será el último mundial del manchego, oportunidad de cerrar una hoja de servicios inmaculada. Quizás Rusia le reserve una página a la altura del histórico gol ante Holanda. Por su parte, Diego Costa, Iago Aspas y Morata o Rodrigo (uno de
los dos se quedará fuera del Mundial, presumiblemente) tendrán la
responsabilidad del gol. Pero no sólo de ataque y posesión vive
España. La solidez defensiva es tan importante o más. Carvajal,
Ramos, Piqué y Jordi Alba conforman una retaguardia de quilates. La
línea defensiva, arropada por Busquets, se encarga de que no le
llegue trabajo a De Gea, el último bastión, uno de los mejores
porteros de la actualidad.
España realizó una fase
de clasificación excelsa. Logró 28 puntos de 30 (sólo
cedió un empate en Italia) con 36 goles a favor y 3 en contra.
Recordado el 3-0 a Italia en el Bernabéu, con exhibición de fútbol
y de Isco a una azzurra que no estará en Rusia. En los
amistosos, España no levantó el pie del acelerador. Se midió a
casi todas las grandes selecciones y salió bien parada.
Recientemente, dio una gran imagen en el 1-1 ante el actual campeón,
Alemania. El broche definitivo, el 6-1 a Argentina. La albiceleste,
sin Messi, fue un juguete roto a manos de una España de violines y
tambores. Por momento, recuerda a la España hambrienta de la Euro
2008. Ahí empezó todo. ¿Seguirá en Rusia lo que se interrumpió
en 2014? Pronto saldremos de dudas.
Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort