El Villarreal empezó la Europa League con un empate ante el Rangers que sabe a poco. Bacca adelantó al submarino antes del primer minuto. El Villarreal perdonó la sentencia y Arfield empató en el 67´. Dos minutos después, Gerard Moreno volvió a poner por delante al Villarreal y, cuando todo parecía decidido, Lafferty, premió el esfuerzo de los de Steven Gerrard. El ida y vuelta de la segunda parte no benefició a un Villarreal descosido que concedió demasiado.
2- Villarreal CF (4-4-2): Andrés Fernández;
Miguelón, Bonera, Víctor Ruiz, Pedraza; Sansone (Samu Chukweze´79), Fornals,
Funes Mori (Gerard Moreno´67), Cazorla; Ekambi (Trigueros´60), Bacca.
2- Rangers FC (4-3-3): McGregor; Tavernier; Worrall, Goldson, Barisic
(Dorrans´85); Coulibaly (Middleton´70), Halliday, Arfield; Candeias
(McCrorie´77), Kent, Lafferty.
Goles: 1-0 Bacca min.1, 1-1 Arfield min.67, 2-1 Gerard Moreno
min.69, 2-2 Lafferty min.76
Árbitro: István Kovács (Rumanía). Enseñó la amarilla a
Goldson (17´), Miguelón (72´) y Dorrans (93´).
Datos: Encuentro de la 1ª jornada de la fase de
grupos de la UEFA Europa League 2018/19 disputado en El Estadio de la Cerámica.
15.816 espectadores.
Consciente de la importancia de empezar ganando y hacerse fuerte en casa, no se esperaba otro contexto que la victoria grogueta. Por nombre que tenga, el Rangers actual está lejos del nivel del Villarreal, pese a que el marcador y las sensaciones digan lo contrario. Pensando en el Valencia, Calleja refrescó más de medio equipo. Fueron titulares Andrés Fernández, Bacca, Miguelón, Bonera, Sansone y Funes Mori. Más que de no habituales, el problema principal fue de dirección. Dejar que el rival se lo creyera, darle campo, no añadir pausa ni posesiones largas. Añadir que el Villarreal terminó partido, sin equilibrio. Faltó control y, ante todo, en defensa fue blando. Desajustes defensivos que costaron caros.
El Rangers recuperó un trozo de su prestigio. Volver a una fase de grupos europea después de ocho años le insufló de una energía extra. De mostrarse temeroso en la primera parte a descarado en la segunda. La clave estuvo en la caseta. Gerrard los espoleó al descanso, el carisma de un líder. El ex del Liverpool animó a los suyos a ir a por el partido, a buscar al Villarreal sin complejos. A no rendirse. Después de esa bancarrota de 2012, el Rangers ha vivido penurias, de ellas ha salido reforzado hasta recuperar el terreno poco a poco. Los goles del Villarreal no le achicaron. Al contrario. Se levantó y respondió. El empate supo a gloria y el premio pudo ser mayor si Andrés no evita el gol de Arfield en el descuento.
Cuando Bacca dio con la diana a los 44 segundos no era posible imaginar tal desenlace. El cafetero sorprendió a McGregor con un obús lejano. El Villarreal canalizó el gol en una especie de trance. Durmió el partido, dejando que pasaran los minutos. Sin morder. El Rangers no tuvo ideas ante un plan que le pilló desprevenido. Le costó entrar, esperaba atacar el espacio no el estático. Dentro de lo cabe el Villarreal tuvo al Rangers a su merced en la primera parte. No sucedió así en una descontrolado segundo acto.
La segunda parte tuvo las ocasiones. Empezó martilleando un Villarreal que perdonó. Bacca, Ekambi y Fornals no atinaron entre los tres palos. Funes Mori se encontró con McGregor. El Rangers seguía teniendo balón. Se asomaba, aunque sin peligro. Hasta que tuvo una clara y empató por medio de Arfield en el 67´. La alegría apenas le duró varios minutos. En el 69´ Gerard Moreno finalizó una jugada que él mismo cocinó para volver a poner por delante al submarino. Parecía resuelto, pero no.
Consciente de la importancia de empezar ganando y hacerse fuerte en casa, no se esperaba otro contexto que la victoria grogueta. Por nombre que tenga, el Rangers actual está lejos del nivel del Villarreal, pese a que el marcador y las sensaciones digan lo contrario. Pensando en el Valencia, Calleja refrescó más de medio equipo. Fueron titulares Andrés Fernández, Bacca, Miguelón, Bonera, Sansone y Funes Mori. Más que de no habituales, el problema principal fue de dirección. Dejar que el rival se lo creyera, darle campo, no añadir pausa ni posesiones largas. Añadir que el Villarreal terminó partido, sin equilibrio. Faltó control y, ante todo, en defensa fue blando. Desajustes defensivos que costaron caros.
El Rangers recuperó un trozo de su prestigio. Volver a una fase de grupos europea después de ocho años le insufló de una energía extra. De mostrarse temeroso en la primera parte a descarado en la segunda. La clave estuvo en la caseta. Gerrard los espoleó al descanso, el carisma de un líder. El ex del Liverpool animó a los suyos a ir a por el partido, a buscar al Villarreal sin complejos. A no rendirse. Después de esa bancarrota de 2012, el Rangers ha vivido penurias, de ellas ha salido reforzado hasta recuperar el terreno poco a poco. Los goles del Villarreal no le achicaron. Al contrario. Se levantó y respondió. El empate supo a gloria y el premio pudo ser mayor si Andrés no evita el gol de Arfield en el descuento.
Cuando Bacca dio con la diana a los 44 segundos no era posible imaginar tal desenlace. El cafetero sorprendió a McGregor con un obús lejano. El Villarreal canalizó el gol en una especie de trance. Durmió el partido, dejando que pasaran los minutos. Sin morder. El Rangers no tuvo ideas ante un plan que le pilló desprevenido. Le costó entrar, esperaba atacar el espacio no el estático. Dentro de lo cabe el Villarreal tuvo al Rangers a su merced en la primera parte. No sucedió así en una descontrolado segundo acto.
La segunda parte tuvo las ocasiones. Empezó martilleando un Villarreal que perdonó. Bacca, Ekambi y Fornals no atinaron entre los tres palos. Funes Mori se encontró con McGregor. El Rangers seguía teniendo balón. Se asomaba, aunque sin peligro. Hasta que tuvo una clara y empató por medio de Arfield en el 67´. La alegría apenas le duró varios minutos. En el 69´ Gerard Moreno finalizó una jugada que él mismo cocinó para volver a poner por delante al submarino. Parecía resuelto, pero no.
El Rangers aún tenía una baza y la utilizó, aprovechando
una de las debilidades del Villarreal, los balones a la espalda de los
laterales. Barisic le ganó la espalda a Miguelón y se la sirvió en bandeja a
Lafferty para hacer la definitiva igualada en el 76´. El cuarto de hora restante fue aún más correcalles. Calleja quitó a Funes Mori, sin el argentino perdió el poco equilibrio que tenía, convirtiendo el escenario en una ruleta rusa. Middleton en el 76´ avisó y Andrés Fernández, en el descuento, evitó el tanto de Arfield. Gerard y Bacca, también en el añadido, no atinaron en sus remates de cabeza. Se esfumaron dos puntos, mal comienzo también en Europa. El Rangers, con Gerrard a la cabeza, lo celebró con los 3.000 fieles congregados en La Cerámica.
Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort
