El sonrojante 5-1 del
Camp Nou acabó con el escaso crédito que le quedaba a Julen
Lopetegui al frente del Real Madrid. Un paso efímero, finiquitado por
una racha negativa que ha terminado con un adiós cantado.
Ya en el primer día
serio, el vasco empezó con el pie izquierdo. Perdió
2-4 la Supercopa de Europa ante el Atlético. Luego se rehizo
en La Liga, en un comienzo esperanzador en cuanto a resultados y
juego. Los claros fueron un empejismo. Los nubarrones llegaron, asomó
la tormenta y ya no cesó. La sequía de goles, sin los habituales 50
de Ronaldo, asomó en todo su esplendor.
Las derrotas ante el Sevilla, el CSKA Moscú, el Alavés y el Levante
dejaron al equipo sin confianza. Irreconocible. Frente al Barcelona,
la debacle definitiva. Y Julen cayó. Meses durísimos de digerir
para el ex seleccionador, de los que hacen mella. El
fichaje por el Real Madrid horas antes del Mundial y la posterior
destitución, la paupérrima trayectoria al frente de la nave
merengue que ha provocado otro despido, el segundo en cuatro meses.
Lopetegui no es, ni
mucho menos, el único culpable de la crisis. Florentino y los
jugadores también se llevan su parte. Florentino,
por la mala planificación. No pudo o no quiso retener a
Cristiano y Zidane. La arriesgada apuesta de confiar en Bale y
Benzema para hacer los goles de Cristiano, ni mucho menos, está
dando resultado. Sin Neymar, Mbappé u otro gran goleador, lo de
este curso huele a transición hasta que el próximo verano lleguen
los fuegos artificiales. Sólo
que transición no entra en el vocablo del Real Madrid, sólo vale
ganar año tras año.
Hace
años que el Real Madrid cuenta con un plantel que lo ha ganado todo
y ha hecho historia. El éxito ha evitado la savia nueva,
mientras la edad y la disminución del hambre cargan la mochila.
Cada vez más. En este inicio de temporada, prácticamente, la
totalidad de los pesos pesados han cometido errores groseros,
impropios de ellos. Viven un momento alarmante
los Bale,
Benzema, Ramos, Varane, Modric, Kroos, Asensio. Sin Modric y
Kroos finos, el equipo no carbura. Asensio no está aprovechando su
momento. Bale y Benzema ya hace tiempo que agotaron su crédito.
Ramos y Varane son claros exponentes de la fragilidad defensiva,
acompañada de errores impropios de centrales de su talla. Hasta
Nacho, de lo más fiable, se ha contagiado.
Y para cortar la sangría
llega Santiago Solari. El hasta ahora técnico del Castilla se hace
cargo del Real Madrid de forma interina. Se especuló con Antonio
Conte, que parecía que iba a ser el elegido pero, al menos de
momento, Solari será el que dirigirá los designos del trece veces
campeón de Europa.
Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort