El fulgurante inicio de
la España de Luis Enrique disparó la euforia. La Selección ha
vuelto. Decían. Pero las derrotas ante Croacia e Inglaterra han
contenido el optimismo. La Selección de Lucho ni está para
ganar un Mundial ni para hacer un desparrame. Está en construcción.
España lo tenía todo de
cara para ser primera y asegurarse la Final Four. Ganar y ya está.
Pero perdió 3-2. Cayó en el añadido. Duele, sí. Siempre a
remolque de una Croacia a la que sólo le valía ganar para seguir
con vida. Ahora España sólo será primera si empatan Inglaterra y
Croacia.
Luis Enrique ha hecho una
revolución de cromos. Ahora debe de encontrar las piezas. El
engranaje perfecto. La clave es Busquets, el del Barcelona no está
en su mejor momento y se nota. Sufre en el repliegue. La buena
noticia es que en el banquillo está el futuro Busquets. Rodrigo
Hernández. Quizá va siendo hora de ir metiendo poco a poco al del
Atleti. España tiene mediocentro para años.
Jordi Alba, que volvía a
una convocatoria, fue titular. En la segunda parte aportó en ataque,
como viene siendo habitual. En defensa sufrió, como Sergi Roberto.
Mejor Ramos e Iñigo Martínez. Defensivamente, España floja.
Demasiados espacios que aprovecharon Perisic, Kramaric y Rebic.
Que España no probara al
portero Kalinic hasta el 45´ habla de los problemas que tuvo en la
primera parte. Le superó la presión y la verticalidad croata. Se
pagó el mal momento de Saúl, Asensio y, especialmente, Isco. Tres
piezas clave que deben de volver a ponerse a tope. Si no hay otros.
Pero no todo fueron malas
noticias. Suso dejó buenos minutos, confirmando que está para ser
titular. Dani Ceballos fue de lo mejor: arrojo, calidad y llegada.
Creció en una segunda parte de puro espectáculo, de descontrol e
intercambio de golpes. España mejoró, pero lástima que los
delanteros tuvieran la pólvora mojada. Aspas y Morata,
desafortunados. Rodrigo sigue reñido con el gol.
Independientemente de
conseguir o no el billete para la Final Four, el futuro de España
pasa por la Eurocopa de 2020. Luis Enrique tiene tiempo para moldear
una España a su antojo, una Selección que vuelva a enamorar y a
recuperar el brillo. Ofensivamente la idea gusta, pero en defensa se
ven lagunas. Lo primero para Luis Enrique pasa por encontrar el
equilibrio y la solidez para ser fiables.
Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort
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