El Mirandés, de la Liga SmartBank, Segunda A, ha vuelto a hacer
historia en la Copa del Rey. Es semifinalista por segunda vez en su historia,
tras cargarse a Villarreal, Sevilla y Celta, tres Primeras. Igual que hace 8 años. En
2012, entonces en Segunda B, llegó a las semifinales después de superar a Villarreal, Racing y Espanyol. Solo el Athletic de Marcelo Bielsa, en el
que militaba Andoni Iraola, le privó de la final. Curiosamente, Andoni Iraola,
actual técnico rojillo, ha llevado a este matagigantes a repetir la gesta. Pero esta vez quiere más. Sueña con La Cartuja.
Sevilla. La final.
La hazaña del conjunto rojillo es el triunfo del fútbol modesto y del nuevo formato de Copa, que ha
dado a la competición un atractivo del que carecía. La Cultural, el Badajoz y,
sobre todo, el Mirandés han liderado la rebelión de los modestos. El Mirandés,
a base de fe, ilusión, esfuerzo y atrevimiento, ha demostrado que con escasos
recursos se puede competir y superar a grandes clubes. Su ejercicio en la Copa
del Rey ha supuesto un claro ejemplo de superación: de sufrir ante equipos de
inferior categoría a noquear a tres Primera, goleando, en última instancia, a
Villarreal y Sevilla, de aspiraciones europeas.
Sin embargo, nombrar estas gestas
supone citar lo de sobra conocido. Lo hay detrás no lo es tanto, la cara B, que es lo que tratarán las siguientes líneas. Empezando por la ciudad, Miranda de Ebro. Fronteriza con el País Vasco y La
Rioja, se sitúa a 80 km. de Bilbao, Burgos, Logroño y Vitoria; y a 130 de
Pamplona y San Sebastián. El
emplazamiento de Miranda ha permitido que el Mirandés se nutra de jugadores del
norte a lo largo de estos años, que han potenciado al club hasta lo que es hoy
en día. Todo empezó en el curso 2011/12, con el ascenso a
Segunda A y con las semifinales de Copa, y ha seguido hasta la actualidad. Haber alcanzado otras semifinales confirma el éxito de este modelo basado, principalmente, en nutrirse de cedidos de conjuntos como Athletic y Real Sociedad. Tres ejemplos de esta política son Martin Merquelanz, Jon Guridi y Modibo Sagnan, jovenes promesas procedentes de la Real Sociedad.
Con uno de los
presupuestos más bajos de la categoría, al Mirandés no le queda otra que maximizar el préstamo ante la precariedad de su economía. De ahí que tenga hasta nueve cedidos en nómina. Chema Aragón, el director
deportivo, ha conformado una mezcla de cedidos junto a parte del bloque
del ascenso de la pasada temporada a La Liga SmartBank: Odei, Sergio González, Kijera, Álvaro Rey,
Limones y Matheus. Este último, cedido por el Watford, ha anotado 5 goles en la
Copa del Rey, siendo una de las sensaciones junto a Merquelanz y Álvaro Rey.
Los tres pilares de Iraola.
Andoni Iraola, leyenda del
Athletic, también ya lo es del Mirandés. El conjunto castellano-leonés lo contrató este verano para liderar su vuelta a Segunda dos temporadas después, sin más experiencia al primer nivel que una estancia en el AEK Larnaca, de Chipre. Y la apuesta le da la razón a la dirección deportiva. Más allá de los resultados, Iraola ha hecho del Mirandés un equipo atrevido y de buen trato al balón. Así se cobró sus víctimas de Primera. El mérito reside también en la forma de ganarles. Al ataque. Iraola, además, tiene al Mirandés imbatido desde hace dos meses. No pierde desde el pasado 7 de diciembre (3-1 ante el Almería). No obstante, en el inicio de 2020, la Copa le ha pasado una lógica factura, ya que acumula cuatro empates consecutivos. En todo caso, el efecto Iraola es más que evidente: semifinales de la Copa y en la zona tranquila, lejos del descenso, y con opciones de ascender (a 3 puntos del play off).
Otro pilar del Mirandés reside en
el fortín de Anduva. En su feudo, el Mirandés, se muestra prácticamente invencible, tal y como lo demuestra su trayectoria. No en vano, esta temporada, el único equipo que ha ganado en Anduva ha sido el Cádiz. El conjunto gaditano logró lo que no consiguió nadie, incluidos Villarreal, Sevilla y Celta. Ya sea
por el factor ambiental o por las dimensiones reducidas, el Mirandés sabe moverse a la perfección en cada palmo de su terreno de juego. Un estadio
menudo, de 5.759 espectadores, que ya se ha ganado un hueco entre los míticos de España. Anduva vivirá otra ronda, unas semifinales. El Mirandés espera rival y sueña con la final. De ahí a un título sería un broche de oro sin precedentes, al igual que la posibilidad real de disputar la próxima edición de la Supercopa en Arabia.
Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort