Toda la actualidad de La Liga Santander

Cubrimos toda la actualidad de La Liga Santander 2018-2019

MotivaGoal y el Villarreal CF un año más en colaboración

Cubrimos toda la actualidad del Villarreal desde el Estadio de la Cerámica en todos los partidos de La Liga, Europa League y Copa del Rey

Biografía de Alfredo Di Stéfano

Repasamos la vida profesional de Alfredo Di Stéfano en esta completa biografía. Contiene sus inicios en River Plate y Millonarios, la historia de su fichaje, la tremenda influencia en el Real Madrid de las cinco Copas de Europa, su secuestro, su trayectoria como entrenador...

Reporte Especial: Diego Armando Maradona

Repasamos la carrera del crack argentino. Conoce sus inicios, sus éxitos y sus retos más difíciles a lo largo de su trayectoria profesional.

La primera gran noche de Zidane en Europa



Girondins de Burdeos y AC Milan se enfrentaron en los cuartos de la Copa de la UEFA de la temporada 1995/96. El Milan ganó 2-0 en San Siro y encarriló la eliminatoria. Sin embargo, en la vuelta, los de Burdeos, heroicos, remontaron. Vencieron 3-0, con dos goles de Dugarry y otro de Tholot. Gesta inmensa, por ser ante el equipo más temido de la competición, el que más números reunía para ganar la UEFA.

Esa campaña, el Milan, ganó la Serie A con suficiencia (8 puntos respecto a la Juventus, segunda); pero en Europa fue superado por un Girondins en el que brillaba una joven figura que daría que hablar. Zinedine Zidane. La sola presencia del marsellés hacía de los de Burdeos un equipo atractivo, con gusto por el balón. Zidane era la estrella y Gernot Rohr, el entrenador, le rodeó de buenos jugadores. Lizarazu empezaba a despuntar como un prometedor lateral, Dugarry vivía sus mejores momentos de cara al gol y Witschge aportaba su calidad en forma de asistencias.

Dugarry, que marcó los dos goles ante el Milan, se llevó los focos. Pero, en ambos, le asistió Zidane, que fue el que movió los hilos, dirigió la orquesta y la remontada. Zizou se exhibió y vivió su primera gran noche en Europa. No obstante, en esa Copa de la UEFA, Zizou puede presumir de más actuaciones destacadas, como la obra de arte que dejó ante el Betis en el Villamarín en la vuelta de los octavos. Zidane recibió un pase elevado a unos 40 metros de la meta de Jaro y, con la zurda, enganchó una volea que sorprendió por arriba al portero. Una parabola perfecta. 

Zidane guió al Girondins hasta la final. Fue ante el Bayern y venció el gigante alemán los dos partidos (la final era a ida y vuelta). El Girondins no realizó otro milagro, sin embargo, ya había hecho historia llegando hasta tan lejos. Zidane acabó la temporada elegido mejor jugador del año en Francia y con un nuevo contrato y reto. La Juventus. El fútbol italiano nunca le enamoró, pero le maduró y le hizo más fuerte. Sin embargo, en el Girondins-Milan, Zidane vio lo lejos que podía llegar. Y llegó.

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort

¿Menottismo o Bilardismo?



La Selección de Argentina cuenta con dos Copas del Mundo en sus vitrinas: César Luis Menotti ganó la de 1978 y Carlos Bilardo la de 1986. Ambos técnicos, reputados y contrastados en el país del tango, llevaron a la Albiceleste a lo más alto con dos ideas opuestas. 

La escuela de Menotti se asocia al ataque y la posesión. Bilardo, por su parte, prefiere el orden defensivo y el contraataque. Para Menotti “el gol es un pase a la red”. Para Bilardo “solo vale ganar, la manera de hacerlo no es tan distinta”. Dos afirmaciones que dejan constancia de su forma particular de ver el fútbol. 

Dos ejemplos actuales de DT de estas escuelas son Pep Guardiola y el Cholo Simeone; menottista y bilardista, respectivamente. Hay muchos más, pero el del Manchester City y el del Atlético de Madrid son de los más conocidos.

Dos conceptos, en definitiva, tan válidos como distintos para un único fin. Ganar. El eterno dilema del fútbol: ¿Menotti o Bilardo?

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
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Revolución checa en la Euro 96 de Inglaterra


Se presentó a la Eurocopa de 1996 como uno de uno de los combinados más débiles y acabó como la gran sensación. Contra todo pronóstico, superó a rivales más potentes (sobre el papel) y se plantó en la final, donde rozó el título ante Alemania. Solo este privó de la gloria a la República Checa, que, entonces, solo llevaba tres años y medio como país independiente, tras la disolución de Checoslovaquia (el 1 de enero de 1993 se dividió en dos naciones: República Checa y Eslovaquia). 

Por lo tanto, para la República Checa, estar en un torneo internacional ya era un logro absoluto. Además, al caer en el grupo de la muerte (con Alemania, Italia y Rusia) su papel se presentaba, en teoría, residual. Por otro lado, no había referencias del potencial de este plantel joven que jugaba, casi todo, en la liga checa. Pero Pavel Nedved, Karel Poborsky y Patrik Berger, los tres jugadores de mayor nivel, mostraron a Inglaterra y a Europa el talento del emergente fútbol checo.

Los nervios del debut y Alemania

En el debut ante la potente Alemania, no se sospechaba lo que la República Checa haría. Alemania le superó 2-0 en en el mítico estadio de Old Trafford, en Manchester. Los checos jugaron agarrotados, pagaron los nervios del estreno y no exhibieron su verdadero potencial. Dusah Uhrin, el seleccionador, lo detectó y rebajó la tensión a los jugadores. Funcionó a la perfección, tal y como se comprobó en el siguiente partido ante Italia, que venía de ser la subcampeona del Mundial de 1994. 

Primera sorpresa ante Italia y clasificación ante Rusia

Italia se vio superada por una sorprendente República Checa, que dio la primera de sus campanadas. Nedved y Bejbl dieron un triunfo clave, que permitió ir con todo a la última jornada ante Rusia en Anfield. Un encuentro que fue una montaña rusa de emociones. En los primeros minutos, Suchoparek y Kuka adelantaron a los de Uhrin. Pero Rusia remontó y de que manera: a cinco minutos del final ganaba 3-2. Todo parecía perdido, hasta que Smicer puso el 3-3 y dio la clasificación en el 88. El pase a cuartos, con rivales tan duros, fue una hazaña. De ahí la estampa final de jugadores tendidos sobre el verde de Anfield, llorando de emoción. No sabían que iban a superarlo. Y con creces.

Un golazo de Poborsky eliminó a Portugal y dio el pase a semifinales

Después llegaron las eliminatorias. Primero, cuartos de final. El rival, Portugal. El combinado luso contaba con un conjunto reconocible liderado por Luis Figo y Rui Costa. La República Checa les sorprendió con un golazo de vaselina de Poborsky, que superó a Vitor Baia, el meta luso. Poborsky, de hecho, fue el mejor jugador checo del torneo (el de más nivel era Nedved, como se vio en los años posteriores en la Juventus, sobre todo) y dio la clasificación a semifinales ante el asombro de Europa.

Kouba llevó a la final a la República Checa

En las semifinales tocaba Francia. Aimé Jacquet, el técnico francés, presentó un once con Zidane, Djorkaeff, Desailly, Thuram, Blanc…, la base que se proclamó campeona del Mundo en 1998. Sin embargo, la República Checa maniató a Zidane y Djorkaeff. Francia, pese a dominar, no estuvo cómoda y el partido acabó sin goles en los 90 minutos y la prórroga. Se decidió en los penaltis y Kouba, el portero checo, fue el héroe: debutvo el lanzamiento decisivo a Pedrós y dio el pase a la final. Increíble pero cierto: el combinado que celebraba estar en una Eurocopa, en la final. Los checos, mientras tanto, eufóricos, llenaron las calles de sus ciudades. Praga, Brno, Olomouc, Pilsen.., todos los puntos del país, derramaron litros y litros de cerveza en honor de sus héroes.

Final cruel para la gran triunfadora 

Así, hazaña tras hazaña, la República Checa se plantó en final. Y, de nuevo, Alemania. Todo acabaría donde había empezado. No obstante, en esta ocasión, la República Checa no fue la selección tímida del debut y sí la que superó a Italia, Portugal y Francia. Berger, de penalti, en el minuto 59, adelantó a la República Checa. El título estaba más cerca, pero, en esta ocasión, Alemania fue demasiado. Bierhoff salió desde el banquillo y decidió con dos goles que le dieron el título a la maanschaft. El último, un gol de oro (consistía en que el que marcaba primero en la prórroga ganaba), que acabó de un plumazo con el sueño checo. Un final cruel para la gran triunfadora de ese torneo. La desolación por la derrota se transformó después en alegría a la vuelta a la República Checa. Los jugadores fueron recibidos como si hubieran ganado el título. En realidad, lo que hicieron valió más que eso.

Tras la Eurocopa, fichajes por los grandes clubes

Su magnífico papel permitió a buena parte de la plantilla salir del fútbol checo y desembocar en las principales ligas de Europa. Poborsky pasó del Slavia de Praga al Manchester United, donde no brilló y solo duró una temporada. Patrik Berger fichó en el Liverpool, donde hizo una carrera exitosa. Nedved cambió el Sparta de Praga por el Lazio y empezó a demostrar un potencial tremendo; en 2003 ganaría el Balón de Oro. También hubo casos de llegadas a la liga española. Kouba y Bejbl ficharon por el Deportivo y el Atlético de Madrid, respectivamente. Ambos no dejaron la huella que sí mostraron en la Selección, donde su recuerdo aún perdura, al igual que el de Nedved, Poborsky, Berger, Smicer, Kuka... Aquellos jovenes checos que revolucionaron Inglaterra en el verano de 1996.

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort

Llorente profana Anfield; el PSG rompe el gafe de octavos



San Oblak, prórroga y 2-0… El Liverpool mostró su potencial y sus innumerables recursos. Probó una y otra vez a Oblak, que mostró por qué es el portero más trascendental del planeta. El meta esloveno provocó diversos uys en Anfield, pero nada pudo hacer en los goles de Wijnaldum y Firmino. El holandés marcó antes del descanso, tanto que le sirvió a los red para forzar la prórroga; Firmino marcó al inicio del tiempo extra. El Liverpool estaba siendo claramente superior, pero entonces se mostró el orgullo rojiblanco, bajo el aura de Llorente.

Llorente entra en el santoral del Atleti. Llegó este verano. Con pasado madridista, con sangre madridista de alcurnia, pero también con ADN rojiblanco por parte de padre (Paco Llorente jugó en el Atlético y después en el Real Madrid). Esa parte rojiblanca eclosionó en el día más indicado, en el más importante de la temporada hasta la fecha. Un doblete, dos goles a un desafortunado Adrián en la prórroga que rescataron al Atleti del infierno de Anfield. Llorente, que salió desde el banquillo por un cabreado Diego Costa, fue el inesperado héroe.

Morata estableció una victoria enorme en Anfield. El Atlético quiso redondearlo más y Morata, en el final de la prórroga, le dio la victoria. Superó a Adrián San Miguel y puso un 2-3 que perdurará como uno de los días grandes del Atlético de Simeone. Ya lo hizo en la ida, pero repetirlo en la vuelta, remontando un 2-0 además, formará parte como una nueva gesta en la Champions. El Atlético sigue vivo, pero veremos como se presenta el futuro por el coronavirus. El brote, ya declarado pandemia, paraliza el deporte y Madrid es uno de los epicentros.

Se quita un peso. El PSG venció 2-0 al Dortmund y remontó el 2-1 de la ida. Un triunfo de valor para un proyecto maltrecho por los fracasos anteriores en esta competición. El PSG venía de sufrir tres eliminaciones consecutivas en octavos. Y una cuarta, en una plantilla diseñada a base de millones, hubiera supuesto, quizás, el adiós de las estrellas, de Tuchel y hasta habría tambaleado a Al-Khelaïfi, el jeque. El PSG, sin embargo, demostró su calidad ante el Dortmund y sigue vive, en cuartos, con ganas de seguir adelante y hacer de esta su temporada.

Deciden Neymar y la conexión española. Con un Parque de los Príncipes vacío, sin público, el PSG empezó frío, incómodo. El Dortmund le sujetó. Hasta que el mano a mano que Burki le ganó a Cavani despertó a la bestia. Tanto fue así que a la siguiente jugada llegó el gol. De Neymar (14 goles en los últimos 15 partidos) de cabeza tras un córner. Y, justo antes del descanso, llegó el segundo. Marcó Sarabia tras asistencia de Bernat: gol con sello español. Con este resultado, el PSG ganó confianza y aguantó el segundo tiempo sin sobresaltos.

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort

Leizpig 3-0 Tottenham. Los de Nagelsmann van en serio



En cuartos por primera vez. El Leizpig ha superado con gran autoridad al Tottenham en la eliminatoria. Ha sido superior los 180 minutos: ganó con más juego que goles en White Hart Lane y arrolló a los spurs en el Red Bull Arena. Con esta solvencia se planta en los cuartos de final, ronda a la que accede por primera vez en su historia. Y quiere más. Ojo a este equipo.

Los toros atropellaron al subcampeón en 20 minutos. El Tottenham fue un juguete roto en manos del Leizpig, que le dejó empequeñecido con su fútbol veloz, intenso y físico. Sin Kane y Son, el Tottenham no es el mismo, como ya se vio en la ida. Pero se esperaba más de los de Mourinho; al menos, respuesta y orgullo tras el 0-1 de Londres. La clave estuvo en el inicio tan arrollador del Leizpig. Sabitzer, a los 20 minutos, ya había puesto el 2-0 y a Werner se le anuló un gol por fuera de juego. El Leizpig neutralizó cualquier atisbo de reacción por la vía rápida. Luego controló sin problema hasta el final, cuando llegó el definitivo 3-0, obra de Forsberg.

De finalista a caer en octavos. El Tottenham alcanzó la final de la Champions la pasada temporada por primera vez en su historia. El Liverpool le privó de la gloria absoluta, pero todo el bloque que había llegado tan lejos se mantuvo esta campaña. Y de un curso exitoso a uno decepcionante en menos de un año. Las causas: las lesiones de hombres importantes, la falta de fichajes de lustre, la destitución de Pochettino… Y, de momento, la apuesta de Mourinho no está dando los frutos esperados. The Special One tampoco levanta cabeza…

El ocaso de Mourinho. El técnico portugués acumula unas estadísticas negativas que constatan su cruda realidad. Vive el momento más complicado de su carrera como técnico. Ha caído en octavos de la Champions en cuatro de sus últimas participaciones. Además, arrastra seis partidos sin conseguir la victoria con el Tottenham, la peor marca de su carrera. Ahora, sin más competiciones que la Premier, el portugués tiene la misión de enderezar el rumbo y meter a los Spurs en competición europea.

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort

Nueva derrota del Valencia y adiós a Europa en un Mestalla vacío



Sin público y sin defensa. Cuando el Valencia precisaba de remontada, Mestalla marcaba el primero. Sin este calor y con las gradas vacías por el Coronavirus, los jugadores se contagiaron de la frialdad del ambiente. Sobre todo Diakhaby. El central firmó la sentencia del Valencia con dos penaltis innecesarios antes del descanso. Los errores de Diakhaby ponen de manifiesto los problemas defensivos de los de Celades. En menos de una temporada, el conjunto ché ha dilapidado el armazón que tenía con Marcelino. Y sin un eficiente sistema defensivo, no le da para competir en la Champions. 

Mejoría sin premio. Aunque cayó 3-4, el Valencia llegó a ponerse 3-2. Coincidió con la entrada de Guedes por Diakhaby, que movió a Kondogbia junto a Coquelin al centro de la defensa. Dos medios defensivos de centrales y mejoró el Valencia. Fueron sus mejores minutos, plasmados con los goles de Gameiro y Ferrán Torres que le pusieron por delante. Sin embargo, al final, al Valencia le falló la gasolina y el Atalanta, más entero, le dio la vuelta y se regaló una victoria. Con el 4-1 de la ida imposible de remontar, el Valencia quería, al menos, despedirse con una victoria honrosa. Se escapó en la recta final. 

Póker de Ilicic. Ilicic marcó los cuatro goles (dos de ellos de penalti) de los gli orobici. El esloveno puso la pólvora de un equipo sobrado de pegada, que juega y deja jugar. El 3-4-2-1 de Gasperini ofrece tantas variantes ofensivas, como carencias defensivas. En todo caso, el Atalanta homenajea al gol y, como tal, por algo es uno de los más goleadores de Europa. Ante el Valencia, ocho goles: cuatro en San Siro y cuatro en Mestalla. 

Entre los ocho mejores de Europa. En su primera comparecencia en la Champions, figura entre los ocho mejores de Europa y ya espera rival para cuartos. Una enorme alegría, también para su región, Bérgamo (Lombardía), de las más mermadas en Italia por el brote vírico. 

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
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Villarreal 1-2 Leganés. Óscar sí cree en la permanencia


Óscar Rodríguez le dio al Leganés un triunfo vital en La Cerámica –el primero a domicilio en esta temporada que deja la salvación a 3 puntos. El Villarreal, pese a que se adelantó con un gol de Gerard, fue superado y remontado en la segunda parte. Una derrota, la tercera consecutiva, que le aleja de Europa.

1- Villarreal CF (4-4-2): Asenjo; Rubén Peña (Anguissa´87), Albiol, Pau Torres, Alberto Moreno; Cazorla, Iborra, Trigueros (Chukwueze´65), Moi Gómez (Ontiveros´57); Gerard Moreno, Alcácer.

2- CD Leganés (4-4-2): Cuéllar; Rosales (Bustinza´75), Awawiem, Siovas (Omeruo´67), Jonathan Silva; Aitor Ruibal (Assale´64), Amadou, Roque Mesa, Rodrigues; Óscar, Guido Carrillo.

Goles: 1-0 Gerard Moreno min.4, 1-1 Óscar Rodríguez min.47, 1-2 Óscar Rodríguez (p) min.70.

Árbitro: Soto Grado (Comité riojano). Amonestó a Alberto Moreno (41´), Rubén Peña (79´), Alcácer (79´), Rodrigues (79´), Iborra (80´), Awaziem (90´) y Jonathan Silva (90´).

Datos: Encuentro correspondiente a la jornada 27 de La Liga 2019/20 disputado en el Estadio de la Cerámica. 16.143 espectadores. Villarreal y Leganés conmemoraron el Día Internacional de la Mujer: ambos salieron al terreno de juego acompañados por niñas. Pablo Torrijos, atleta castellonense, hizo el saque de honor.

Tras sobrevivir en los años anteriores a Primera, esta campaña la permanencia se está poniendo carísima. El Leganés estaba a 6 puntos de la salvación, antes de que Óscar Rodríguez metiera dos pepinazos; un golazo de volea y otro de penalti dejan al Lega a 3 puntos de la permanencia. A falta de los añorados goles de En-Nesyri y Braihtwaite, Óscar hizo de goleador y tiró del carro. Un triunfo que trae esperanza, un nuevo halo para el que agarrarse para seguir en Primera.

La fe del Legañés choca con la decepción del Villarreal. Tras las derrotas del Metropolitano y San Mamés, una nueva decepción. Esta inesperada. Y eso que el Villarreal empezó bien y marcó muy pronto, pero perdió la cara al partido tras el tanto del empate al inicio del segundo tiempo. Con Calleja en la grada, sancionado, el Villarreal careció de control y terminó sin ideas y presa de la ansiedad.

El gol de Gerard Moreno estuvo cocinado primero por Cazorla, con un certero centro con la zurda en la banda izquierda que cabeceó Gerard. Sin oposición. Corría el minuto 4. Y lo que parecía una ventaja, no lo fue porque el Villarreal no la administró como tal. El Leganés, obligado por las circunstancias, se fue al ataque y descubrió las costuras defensivas del Villarreal. Una doble ocasión de Carrillo, desbaratada primero por Asenjo y luego por el palo, pusieron en jaque al Villarreal. El submarino replicó poco antes del descanso con otra doble ocasión: Cuéllar se lució primero ante Gerard y Moi falló en boca de gol.

El Leganés, como hizo el Villarreal en la primera parte, marcó nada más salir de los vestuarios. Un golazo de Óscar Rodríguez, de volea por la escuadra. Era el minuto 47 y la segunda parte presentaba una escenario nuevo. A partir del 1-1, los nervios se apoderaron del Villarreal y el Leganés, animado, se lanzó a por el gol de la victoria y lo consiguió. Pau derribó a Assalé y Óscar, de penalti, anotó el segundo en su cuenta particular. El penalti fue decretado a instancias del VAR, tras no señalarlo Soto Grado en primera instancia.

Al Villarreal le quedaban 20 minutos para reaccionar. El Leganés, con la ventaja favorable, retrocedió y defendió con todo en un 5-4-1. Lo más cerca que el Villarreal estuvo del gol fue en un tanto anulado a Gerard por fuera de juego. Acertó el linier. El submarino insistió con centros laterales que en varias ocasiones encontraron rematador, pero no aciert: Iborra y Gerard cabecearon desviado. Las últimas balas. Europa se esfuma. Salió reforzado el Leganés, esperanzando. Con Óscar tiene una baza favorable.

Manuel Monfort Marzá
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Twitter: @Manuelmonfort

El arreón final del Real Madrid decide el Clásico


Victoria del Real Madrid y cambio de líder. El Real Madrid venció 2-0 al Barcelona y le arrebató el liderato. Decidió la gran recta final del Madrid, en la que Vinicius y Mariano acabaron con el Barcelona. Este perdonó en la primera parte y acabó superado por completo en la segunda mitad. 

La oportunidad desperdiciada del Barcelona. Fue mejor en la primera parte y desaprovechó la oportunidad de sentenciar La Liga. El Real Madrid empezó con ganas, pero su fuerte ritmo decayó hasta nada. Le desanimó su desacierto en las últimas jugadas. El Barcelona, entonces, jugó sus mejores minutos. Acumuló largas posesiones, encerró a los de Zidane y dispuso de claras ocasiones. Griezmann tuvo la primera; Arthur, en un mano a mano con Courtois, la más clara; Messi, otra. El portero belga, decisivo, salvó al Madrid y dejó a cero al Barça en el Bernabéu, algo que no ocurría desde hace 12 años.

La jugada que cambió el partido. La segunda mitad empezó como acabó la primera parte. Con el Barcelona dueño del balón y el Real Madrid, a merced de este. Sin embargo, con el paso de los minutos, los blancos se sacudieron el dominio y dieron un paso adelante. La mejoría se confirmó con una rosca de Isco perfecta que buscaba la escuadra y, por ende, el golazo. Este no llegó gracias a la magnífica intervención de Ter Stegen. No llegó el gol, pero esta acción dio el impulso definitivo a los de Zidane. Les hizo creer y, así, emergió su versión arrolladora.

Las peligrosas pérdidas del Barcelona. Los de Setién evidenciaron problemas a la hora de sacar el balón jugado y favorecieron las recuperaciones del Real Madrid cerca del área de Ter Stegen, factor que fue determinante en la derrota. Busquets y Arthur no encontraron en De Jong (partido para olvidar) el socio que esperaban para profundizar. En la segunda parte, Casemiro, Valverde y Kroos impusieron su ritmo y barrieron a la medular azulgrana. El Real Madrid siguió oliendo el gol y, al final, lo encontró.

Vinicius y Mariano, actores inesperados. En el minuto 71, Kroos encontró a Vinicius. El alemán trazó un espectacular pase a la espalda de Braithwaite que dejó a Vinicius en ventaja. El brasileño avanzó en diagonal y remató a gol, con ayuda de Piqué, que desvió el disparo al fondo de las mallas.Vinicius fue el principal agitador del Real Madrid y tuvo su recompensa con el gol, su faceta más reñida. El 1-0 aumentó la autoestima del Madrid, que controló hasta el final. El Barcelona, con Messi anulado por Casemiro, no reaccionó. La sentencia llegó en el añadido, obra de Mariano, el goleador más inesperado. El ariete (solo 47 minutos en tres partidos) demostró que merece más oportunidades en un equipo que pide a gritos un goleador.

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
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